Piden un gobierno de unidad nacional...

"Arzobispo, muramos aquí yo y vos"


El abanderado de castilla, el vizcaíno López de Haro , atacó frontalmente con miles de jinetes . El choque fue absolutamente brutal, y el golpe hizo daño en la vanguardia almohade. Esta operación obligó a un primero movimiento de retirada de las vanguardias musulmanas; pero más tarde los infantes musulmanes desorganizaban el ataque de la caballería y descabalgaban a los jinetes castellanos. Los alfanjes degollaban a los cristianos , entonces al-Nasir ordenó el contraataque con el grueso del ejército musulmán lo que obligó a retroceder a los Cristianos .

La segunda línea con la caballería ligera almohade, equipada con arcos y alfanjes, atacó con gran eficiencia produciendo un gran desgaste a las tropas de López de Haro. La segunda línea cristiana se adelantó y entró en combate para suplir las abundantes bajas sufridas. La situación fue crítica para los cristianos , muchos se retiraron, exceptuando López de Haro, su hijo, Núñez de Lara y las órdenes militares, que se mantienen heroicamente en combate cerrado.

Al ver retroceder a los cristianos, los musulmanes rompieron su formación cerrada para perseguirles, lo que fue un grave error táctico. Esta peligrosa maniobra de los musulmanes, debilitó el centro del ejército almohade .

“El noble Alfonso, al darse cuenta de ello y al observar que algunos con villana cobardía, no atendían a la conveniencia, dijo delante de todos al arzobispo de Toledo ¡Arzobispo, muramos, aquí yo y vos! Aquel respondió ¡De ningún modo; antes bien, aquí os impondréis a los enemigos! A su vez, el rey, sin decaer su ánimo dijo ¡Corramos a socorrer las primeras líneas que están en peligro! Entonces Gonzalo Ruiz y sus hermanos avanzaron hasta éstos; pero Fernando García, hombre de valor y avezado en la guerra, retuvo al rey, aconsejándole que marchara a prestar socorro, controlando la situación.”.

Parece que fue precisamente en este momento cuando los almohades cometieron un grave error táctico: rompieron su formación con el fin de dar alcance al enemigo en fuga, sin tener en cuenta que todavía quedaba la reserva de la zaga, al mando de los Reyes. Posiblemente Fernando García frenó al Rey con la intención de que la caballería musulmana se dispersase todavía más. Tanto la dosificación de la fuerza como su aplicación oportuna pudieron, como dicen los tratados de la táctica en general, transformar al inicialmente derrotado, en vencedor. En esta ocasión. al contrario que en Alarcos, el Rey esperó el momento oportuno para actuar, posiblemente gracias a la advertencia de Fernando García y del propio Arzobispo. “Entonces, el Rey dijo de nuevo ¡Arzobispo muramos aquí. Pues no es deshonra una muerte en tales circunstancias! Y aquél le dijo: ¡Si es voluntad de Dios, nos aguarda la corona de la victoria, y no la suerte; pero si la voluntad de Dios no fuera así, todos estamos dispuestos a morir junto a Vos!”.