Polvos. Lodos.

De aquella famosa amalgama que fue la CCCP surgieron los múltiples estados que periódicamente aparecen en nuestros diarios como noticias preocupantes. Donde no hay una guerra civil, es cuna de terroristas o directamente el estado hace lo que mejor sabe, imponerse al ciudadano por la fuerza y porque le da la gana al gobernante de turno. Lo grave (para nosotros) suele ser cuando el caso se da en Europa. Y es el caso de Bielorrusia. Está gobernado por un tirano que se pretende demócrata y que gana las elecciones con trampas constantes. Hace mucho que se oye hablar fatal de él. Pero parece que la broma ya no hace gracia ni a la UE.

Mala pinta tienen el país y él.

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