La música y la liturgia

Lo tenía prometido y hoy lo cumplo. Espero que sirva, guste o alivie.



La Santa Misa es celebrada de manera muy dispar dentro de una misma ciudad por la liberalidad con que se inserta la música en su celebración. Desde el desconocimiento se puede decir que para gustos los colores y que tanto da unas canciones o instrumentos que otros. La historia de la Iglesia y su magisterio nos muestran lo errado de tal aseveración.

Si algo caracteriza a la celebración actual de la misa en España es la del abuso permanente y la presencia masiva de música e instrumentos profanos. Esto no es nuevo. Era un escándalo ya en 1903, pero San Pío X le puso remedio y ahora sin disculpa alguna se desobedece la norma.

A los tres meses de acceder a la silla de Pedro San Pío X promulgó el Motu Proprio “Inter sollicitudines” por el que se señalan con brevedad los principios que regulan la música sagrada en las solemnidades del culto y condensan las principales prescripciones de la Iglesia contra los abusos más comunes que se cometen en la materia.
"Debe ser santa, y por consiguiente excluir todo elemento profano, no solamente en sí misma, sino también en la manera con la cual se ejecuta. Debe ser un arte verdadero, pues si no, es imposible que tenga sobre el alma de los oyentes la eficacia que la Iglesia espera de su liturgia. Pero, a la vez, debe ser universal"
¿Dónde se puede encontrar la música sacra que responda a estas exigencias? En orden de preferencia da una respuesta triple:
Primero, en el canto gregoriano, que se declara canto propio de la Iglesia Romana.
Luego, en la polifonía clásica con Palestrina como ejemplo máximo.
Finalmente, en la música moderna, pero afirma “las composiciones musicales de estilo moderno que se admitan en la iglesias no contengan cosa ninguna profana ni ofrezcan reminiscencias de motivos teatrales, y no estén compuestas tampoco en su forma externa imitando la factura de las composiciones profanas

Para aquellos que puerilmente se refugian en el Concilio Vaticano II para justificar sus modernidades, les diré que al canto gregoriano el concilio al que tanto aluden lo reconoce como «canto propio de la liturgia romana» y que indicó como privilegiados el canto gregoriano, la polifonía sacra y el órgano.

En cuanto a qué instrumentos son los válidos recordemos que el magisterio muestra como norma universal que los instrumentos que según el juicio y el uso común, son propios de la música profana, sean tenidos completamente fuera de toda acción litúrgica y de los ejercicios piadosos. Y que se considera como instrumento principal del rito católico el órgano de tubos según la instrucción “De música sacra et sacra liturgia”.

¿Cuál ha sido la postura del anterior pontífice?
Como ya había hecho san Pío X, también el concilio Vaticano II reconoce que «no se excluyen de ninguna manera otros tipos de música sagrada, especialmente la polifonía, en la celebración de los oficios divinos». Por tanto, es preciso examinar con esmero los nuevos lenguajes musicales, para experimentar la posibilidad de expresar también con ellos las inagotables riquezas del Misterio que se propone de nuevo en la liturgia y favorecer así la participación activa de los fieles en las celebraciones. (…)Con respecto a las composiciones musicales litúrgicas, hago mía la «ley general», que san Pío X formulaba en estos términos: «Una composición religiosa será tanto más sagrada y litúrgica cuanto más se acerque en aire, inspiración y sabor a la melodía gregoriana, y será tanto menos digna del templo cuanto más diste de este modelo supremo». Evidentemente, no se trata de copiar el canto gregoriano, sino más bien de hacer que las nuevas composiciones estén impregnadas del mismo espíritu que suscitó y modeló sucesivamente ese canto. Quirógrafo de Juan Pablo II sobre la música sacra.

Y ¿qué opina el actual pontífice?

Como cardenal opinaba que la letra de la música litúrgica tenía que estar basada en la Sagrada Escritura. También dice en su obra “El espíritu de la Liturgia” Esto significa que la «creatividad» no puede ser una categoría auténtica en la realidad litúrgica. (…) En las modernas teorías del arte se alude con ello a una forma nihilista de creación: el arte no debe imitar nada; la creatividad artística es el libre gobierno del hombre, que no se ata a ninguna norma ni a finalidad alguna, y que tampoco puede someterse a ninguna pregunta por el sentido. (…) Este tipo de creatividad no puede tener cabida en la liturgia. La liturgia no vive de las «genialidades» de cualquier individuo o de cualquier comisión.

Ya como Benedicto XVI ha declarado que :
“La solemne música sacra con coro, el órgano, la orquesta y el canto del pueblo no es un agregado que enmarca o hace agradable la Liturgia, sino un importante medio de participación activa en el culto”

Confío en que una de las prioridades de Benedicto XVI sea la corrección en la liturgia.

La próxima vez que en una misa escuche los acorde de Simon & Garfunkel, el cura me va a tener que oír.

2 comentarios:

Ignacio dijo...

Aplauso y ovación cerrada.
Harto estoy de los cursis con guitarra.

Wonka dijo...

Otro aplauso. Y el disco de ilustración está muy bien.