Una gran pena (y una pequeña alegría)

Ha muerto la Fallaci. Que una voz como la suya, totalmente necesaria, haya callado para siempre (nos quedan las necesarias relecturas) es una gran perdida. Nos queda la pequeña alegría de saber que lo ha hecho en la cama. No a manos de esos fanáticos que se la tenían jurada.
Progres e islamistas del mundo, podeis reir bien alto su muerte, de cada risa vuestra sacaremos fuerzas el resto para continuar su lucha.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Los grandes compositores nos dejaron como legado la música. Oriana Fallaci, la letra. Apliquémonos.