Homenaje a Oteiza
Se murió su actuar pero su obra, su pensamiento, su revolución y su genio no se morirán nunca. Jorge Oteiza ha sido el último genio artístico que ha visto el mundo, el último exponente de una clase de hombres que han avanzado en el Arte hasta colocarlo lejos del hombre de la calle. Un hombre este último que sigue visitando los museos sin comprender un ápice, sin avanzar, sin atisbar siquiera que el arte se encuentra dentro del ser. Un ser que no quiere y tiene que ver por obligación moral.
Nació en Orio en el año 1908, en 1957 recibió el gran premio de escultura de la IV bienal de Sao Paulo y en abril del año 2003 falleció. La vida de un Humanista dedicada al saber y a la búsqueda de nuevas formas de concebir la obra de Arte es difícil de abarcar, de asimilar y de datar. Sí se puede afirmar que durante una buena parte de su vida sus esfuerzos estuvieron encaminados al hacer y que otra gran parte de su longeva existencia estuvo dedicada a explicar lo que hizo. Oteiza, y me centraré en lo importante puesto que los detalles se pueden investigar en otras fuentes (www.museooteiza.org), arribó al final de la década de los cincuenta con su "Propósito Experimental" bajo el brazo y con un ánimo exacerbado de mostrarlo y explicarlo. Esta proposición de experimentos se materializó en la serie de Esferas Desocupadas y Cajas Metafísicas y son el resultado de una serie de búsquedas y encuentros a lo largo de la Historia del Arte.
Jorge Oteiza era una persona brillante, era un habitador de Espacios que la mayoría de los mortales no habitamos nunca, una persona dedicada e interesada por el estudio de artistas que le precedieron y que le impactaron como Velázquez o Cezanne. Y un artista en revolución consigo mismo, prueba de ello son sus catorce apóstoles realizados para el friso del Santuario de Aránzazu que abren sus almas para mostrar su santidad. Un artista cuya obra capital es tan abarcable para el Hombre que emociona; Y es que, la escala de las cajas y las esferas es tan humana que permite una recreación estética y pensativa profunda. El material, los planos Malevich, cumplen una función invisible, pero están. Esto inquieta a cualquier persona que se pone delante de una Caja Metafísica de Oteiza. ¿Qué tengo que ver? ¿Qué tengo que sentir? Las obras capitales de Jorge Oteiza están en profunda comunión con la naturaleza pero a ellas se llega a través del estudio y el pensamiento. Abarcar y comprender una Caja Metafísica es abarcar la Historia del Arte Universal. Este fue el trabajo de Jorge Oteiza. Un trabajo centrado en los Espacios, en enseñar esos pedacitos de aire en los que se concentra la vida entera y que hacen que cuando los ves te descubras a ti mismo en un lugar nuevo, en un mundo en el que realmente estás y en el que realmente importas. Descubrir la obra de Jorge Oteiza, igual que descubrir la obra de genios como Giotto di Bondonne o Paul Cezanne, es descubrirse a uno mismo.
En estas fechas se conmemora su centenario, por estas fechas cumpliría cien años, y una buena manera de celebrarlo sería leer su Quosque tandem... ¡pero cuidado, a pesar de yo considerarlo una obra de referencia, sé que es un libro arduo y difícil así que para los no iniciados en lides artísticas lo mejor será que se den un paseo por el museo o la galería más cercana y que critiquen, que critiquen mucho y con razón. Éso mantendrá vivo al Maestro.
COLABORACIÓN a cargo de Gonzalo Ortigosa Yoldi
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