Entrando en Honduras





Roy Urtecho, fiscal general adjunto:

«El Ministerio Público presentó requerimiento contra el presidente Manuel Zelaya Rosales en legal y debida forma, solicitó el allanamiento de su domicilio y presentó orden de captura el 26 de junio» (dos días antes de que fuera ordenado por un tribunal y ejecutado por los militares).

-¿Por qué Zelaya no fue puesto a disposición judicial?

-Hemos iniciado las investigaciones pertinentes, de manera imparcial, sobre los actos que, en efecto, no concuerdan con el andamiaje jurídico, para ver si hay indicios de ilegalidad. Pero también existe la justificación que alegan las Fuerzas Armadas, lo que en Derecho Penal se conoce como estado de necesidad: se evitó un mal mayor con un mal menor; si al presidente lo ponen ante el juez, se hubiera producido un derramamiento de sangre por las turbas que se hubieran opuesto.

-Entonces, ¿el Ejército actuó por cuenta propia?

-Actuó por un mandato legal.


-¿Por qué no fue la Policía quien ejecutó esa orden?

-Fue el Ejercito quien anteriormente se había negado a cumplir una orden ilegal del presidente (la distribución del material electoral para la consulta declarada ilegal por los organismos competentes), mientras que la Policía dijo que participaría en esa encuesta. En esa situación,las Fuerzas Armadas eran las únicas garantes de la Constitución y de la ley.

-¿Qué le espera a Zelaya si regresa a Honduras?

-Le garantizamos a la comunidad internacional que él será sometido a un juicio justo, si reconoce a los tribunales. Si no, tendrá que ser capturado en el país donde se encuentre, y para ello ya se ha librado una orden a Interpol.

El máximo jerarca de la Iglesia Católica hondureña, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga:

“Hago un llamado al amigo José Manuel Zelaya, que al tomar posesión, citó tres mandamientos: no mentir, no robar y no matar, y pensemos que una acción precipitada puede provocar un baño de sangre”.
El cardenal pidió a Zelaya, quien ha asegurado que regresará al país, que “por favor medite, porque después sería demasiado tarde". Aseguró que su posición no es aislada, sino de la Conferencia Episcopal de Honduras, conformada por 11 obispos.

Dijo de manera tajante que el derrocamiento de Zelaya el pasado domingo no fue un golpe de Estado. “Cuando fue capturado, (Zelaya) ya no se desempeñaba como presidente, porque el 26 de junio, la Corte Suprema de Justicia ya había librado una orden de captura en su contra".



Foto ilustrativa sacada da lbertaddigital.com

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