Juzgar la pederastia
Etiquetas: Iglesia, pederastia
Trato el tema de la pederastia y cómo se afronta el tema según quién sea el abusador tras un escándalo en un colegio vizcaíno en un nuevo artículo publicado en "católicos-on-line":
Ahora hagamos un ejercicio de memoria y comparemos lo que ocurre cuando se presenta una denuncia contra un sacerdote por unos supuestos abusos realizados décadas atrás. Por supuesto no hay más pruebas que las declaraciones de los supuestos afectados por lo que salta a la vista que no se suela respetar presunción de inocencia alguna, como ahora se pretende hacer. Más aún, el alcalde de la localidad no suele salir en defensa del resto del clero de la población en un intento de que no se extienda la mancha infamante de la sospecha general. Y mucho menos defiende la labor de la Iglesia, como sí han defendido la labor de los centros escolares.
Más aún. Nadie ha señalado el estado civil del acusado. Y es un dato fundamental, pues como se nos viene señalando constantemente, los sacerdotes abusan por su condición de célibes. ¿Acaso no abusó este profesor por ser célibe? Temo que no se haga ahora ese tipo de lectura. Y de la misma manera que hay quien sostiene (y en Estados Unidos es un hecho) que la diócesis debe pagar por los delitos de un sacerdote ¿Quién pagará por los abusos del profesor? ¿El colegio, el departamento de educación, quizá el ministerio?
2 comentarios:
La relación del profesor con el colegio, el ministerio y el Estado es muy distinta de la relación del sacerdote con la Iglesia por propia elección de la Iglesia. Se podría cambiar, pero entonces alguien clamaría contra la conspiración masónica para convertir a los curas en funcionarios y no respetar el derecho canónico. La estimgmatización de todo el clero por los hechos delictivos de unos sinvergüenzas no es justa, pero tampoco lo es la ley del embudo que tú pretendes aplicar. Opiniones como la tuya son la otra cara de la misma falsa moneda.
¿A qué ley del embudo te refieres? Mi post es claro en que la defensa del gremio frente a la actitud delictiva del individuo.Y además muestro la doble moral con la que la calle juzga hechos idénticos. ¿De qué embudo me hablas?
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