Es un comienzo, Zapatero
Publicado por
Luis de Amézaga
on viernes, 10 de marzo de 2006
En el documento presentado hoy por la SEPI y la dirección de RTVE se recoge una reducción de 3.133 empleos en la plantilla de la radiotelevisión pública española. Un 39% de sus trabajadores se verán obligados a abandonar el ente público mediante jubilaciones anticipadas y bajas indemnizadas.
RTVE pasa por ser uno de los mayores desastres financieros de la economía estatal año tras año. Hacía tiempo que se tenía que haber metido mano y el Gobierno ha dicho basta. Ya era hora.
El PP, que en ocasiones se equivoca al disparar a todo lo que se mueve, yerra a la hora de criticar el stop a la sangría. Tiempo habrá de perfilar y analizar en profundidad la decisión gubernamental, pero de momento la valentía hay que aplaudirla.
No creo en la televisión pública. Si por mi fuera hace tiempo que el ente televisivo habría pasado a manos privadas, pero conociendo el apego de los partidos políticos a manipular la realidad desde la atalaya televisiva, se me antoja una opción que ningún dirigente está dispuesto a asumir.
Termino con un par de comentarios. Por una parte, la decepción que me ha causado que parte de la derecha informativa española haya restado relevancia a la noticia. Por último, exigir la desaparición de la doble financiación de RTVE.
A ver si el próximo inquilino de La Moncloa, en un momento de lucidez y arrojo, se decide a privatizar el gigante deficitario. Eso sí, que no recaiga en el de siempre.
RTVE pasa por ser uno de los mayores desastres financieros de la economía estatal año tras año. Hacía tiempo que se tenía que haber metido mano y el Gobierno ha dicho basta. Ya era hora.
El PP, que en ocasiones se equivoca al disparar a todo lo que se mueve, yerra a la hora de criticar el stop a la sangría. Tiempo habrá de perfilar y analizar en profundidad la decisión gubernamental, pero de momento la valentía hay que aplaudirla.
No creo en la televisión pública. Si por mi fuera hace tiempo que el ente televisivo habría pasado a manos privadas, pero conociendo el apego de los partidos políticos a manipular la realidad desde la atalaya televisiva, se me antoja una opción que ningún dirigente está dispuesto a asumir.
Termino con un par de comentarios. Por una parte, la decepción que me ha causado que parte de la derecha informativa española haya restado relevancia a la noticia. Por último, exigir la desaparición de la doble financiación de RTVE.
A ver si el próximo inquilino de La Moncloa, en un momento de lucidez y arrojo, se decide a privatizar el gigante deficitario. Eso sí, que no recaiga en el de siempre.
0 comentarios:
Publicar un comentario