Una forma erronea de plantear un asunto
Etiquetas: catolicismo, Israel
"Israel, discriminación hacia los católicos filipinos. El caso Ofek"
Si en Israel los trabajadores extranjeros quisieran echar raíces, la naturaleza hebrea del Estado podría encontrarse en peligro. Por ello, se sancionó una ley que postula una presencia solo temporal de esta fuerza de trabajo: pasados los cinco años y medio del primer ingreso, el permiso de permanencia no es renovable, a menos que se cuente con la autorización especial firmada personalmente por el Ministro del Interior. Y, sobre todo, para evitar que los trabajadores extranjeros formen sus familias, un artículo de ley establece que si una mujer inmigrante tiene un hijo mientras se encuentra en Israel, el recién nacido debe ingresar al país de origen materno antes del tercer mes de vida, bajo pena de la revocación del permiso de permanencia de la madre.
Una disposición que hasta ahora jamás había sido aplicada en serio. El problema, sin embargo, es que con los años, estos niños que en teoría no deberían existir se han vuelto centenares: habiendo crecido en Israel, hablan hebreo, asisten a las escuelas israelíes, se ven y entonces el problema se pone ahora de manifiesto. el primer ministro Netanyahu instituyó el año pasado una comisión que examinó la situación de los casi 1200 niños extranjeros de algún modo censados, porque de alguna forma entraron en contacto con la administración del Estado. Al final, la solución elegida por este organismo fue un acuerdo: podrán quedarse solo aquellos niños cuyos padres hayan ingresado legalmente al país y ya hayan asistido a la escuela primaria al menos un año. Traducido en cifras, significa alrededor de 800 sobre 1200. Pero no es este el caso de Ofek —que tiene a sus espaldas sólo el primer año del jardín de infantes— ni de otros 400 niños.
La situación es lamentable, pero no puede hablarse con propiedad de persecución contra los católicos. Resulta un titular engañoso.
El rincón de la ¿libertad?
Etiquetas: liberalismo, Libertad
JMJ: un ataque “desde dentro”
¿Qué aprenderemos de la JMJ?
1º Veremos que contra lo que se nos dice permanentemente, millones de jóvenes escuchan al Papa, le atienden, siguen sus consejos y enseñanzas y se comportan como se espera de un discípulo de Cristo. No ha ido ni una décima parte de los jóvenes católicos, imaginad el número enorme de jóvenes que los mass media nos ocultan sistemáticamente para desacreditarnos.
La culpa es de las madres que las visten como putas.
Leed entero un artículo que no tiene desperdicio;
Cocineros robados, y yo, ni lloro
Pedro Subijana, cuyo restaurante Akelarre sufrió un robo la noche del 31 de julio al 1 de agosto, aún se muestra dolido por lo sucedido, a pesar de que ya han transcurrido diez días desde que un grupo de personas entró de manera violenta en su establecimiento. El daño material y, sobre todo, anímico ha sido importante. «Rompieron todo lo que podían romper», afirma Subijana. Según relata el cocinero, se llevaron la caja fuerte, el dinero de las propinas de los empleados y una caja con cambio para los pequeños pagos. Los ladrones sabían lo que hacían. «Sólo buscaban dinero en metálico», nos asegura el chef.
Recordatorio para olvidadizos:
Los cocineros vascos Subijana y Arzak declararon en la Audiencia Nacional el 18 de octubre de 2004 en calidad de imputados por un delito de colaboración con banda armada ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. Arguiñano, por su parte, acudió a prestar declaración como testigo.
A la salida de la declaración, Subijana pidió "respeto" en su nombre y en el de sus compañeros -Arzak, Martín Berasategui y Karlos Arguiñano- acusados por el presunto etarra José Luis Beotegui de hacer sido extorsionados por la banda terrorista a través del denominado "impuesto revolucionario".
Beotegui aseguró en sus declaraciones ante la Guardia Civil y el juez Andreu que envió cartas de extorsión en nombre de ETA solicitando a cada uno de los cocineros 72. 000 euros. Según el presunto etarra, sólo Arzak y Subijana pagaron 36. 000 euros cada uno a la banda terrorista.
No admite soborno
Pero si esto lo tenemos tan claro cuando meditamos sobre ello, ¿por qué a la hora de la verdad, cuando nos acercamos a una capilla a pedir, cuando rezamos pidiendo, “ofrecemos” cosas a Dios a cambio de sus favores? Rezar doscientos rosarios es algo bueno y que lo hagamos algo que agrada a Dios, pero afirmar que lo haremos sólo si nuestro hijo encuentra trabajo, es suponer que a Dios dichos rezos le vienen muy bien, que los necesita y que el beneficio de la oración revierte en Él y no en quien reza.