Del coma a la verbena en un tris

En el País Vasco la convivencia entre violentos y pacíficos es habitual, qué remedio queda. Al fin y al cabo las familias y los grupos de amigos están trufados de los primeros, y el día a día te obliga a convivir/sobrevivir.

Mi grupo de amigos de veraneo es un claro ejemplo. Peperos, peneuveros, batasunos y tibios tienen cabida en una amalgama de hombres que siendo niños apenas sufrían las diferencias. Cada vez las reuniones son más esporádicas, cada uno tiene la vida montada a su manera y sólo coincidimos todos -o casi- en bodas y algún que otro sarao. Sin haber un porqué explícito se distinguen de un tiempo a esta parte dos corrientes. Casualmente el corte lo produce la política, pero no se habla. Está ahí, es una presencia, un aliento en la nuca, mas nadie lo menta. Muy vasco.

Mi primo, sensato desde la cuna, me ha escrito esta tarde. Me ha comentado los dos mails que ha recibido de dos miembros del subgrupo molotov. Nos regalan en sendos correos dos archivos de audio del Grupo Risa. ¡Ay que risa, tía Felisa! En uno de ellos Echevarría, Miner y el Whopper interpretan el himno del Athletic Club en clave flamenca, en el otro, imitan a Aznar. Y es que señores, los chicos de la gasolina que tenían el ánimo desde hace años en la UVI, desde hace unos días son los amos de la calle.

Mezclar folklore cañí con fútbol de raza, de pronto, es un chiste. ¿Y el del bigote de Hitler? Coño, qué gracia tiene, si hasta su padre era de Bilbao...

Hace semanas, ni puta la gracia. Ahora les falta tiempo para demostrar el humor que ven a los españoles de la Cope.

Estarán confundidos, pero tienen su aquel estos nazis. Que sí joder, que te lo digo yo sin pasamontañas ni nada... Todo estupendo, qué bello es vivir, viva la madre que nos parió, quítenme el suero, ya estoy de alta, gora Euskadi askatuta... Me voy a la verbena... y a bailar pasodobles, ¡hala!

Eskerrik asko ZP, tienes txakolí y pintxos pagados en la herriko taberna de mi pueblo.

Ya volveremos a la carga cuando esto no de más de sí pero de momento a bailar pasodobles en la cara de nuestros amigos los fachas, que tampoco son tan malos y los conocemos desde niños.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

100% de acuerdo.

Pero al fin y al cabo a nuestros verdaderos amigos los podemos elegir. Más grave es, en muchos casos, la situación en nuestros trabajos, donde tenemos que soportar comentarios de compañeros o clientes mirando para otro lado o yendo directamente al wc. Sin ir más lejos, al día siguiente del anuncio de la tregua, tuve que oír lo siguiente: "a estos del PP se les ha terminado el negocio de los escoltas"

PB

Luis de Amézaga dijo...

Sí, lo del trabajo es estomagante y castrante. No entrar al trapo es la única salida para seguir cobrando la nómina en muchos casos.