Lo que pasa en el Líbano
Publicado por
rojobilbao
on martes, 5 de septiembre de 2006
El presidente Rodriguez quiere enviar 1000 soldados españoles al Líbano. ¿Para qué? Pues no lo tengo claro, porque está dicho que no es para desarmar a Hizbulá. De hecho esto no es posible si hacemos caso al presidente libanés. Quizá sean los nuevos escudos humanos de Hizbulá, la cual les está preparando el terreno encantado con el despliegue de tropas libanesas en el sur.
Os pongo un muy interesante artículo que trae hoy el diario metro.
LA VERDAD POR DELANTE
El príncipe Hassan bin Talal, heredero regente de Jordania hasta la coronación de Abdullah, no tiene pelos en la lengua a la hora de reconocer una verdad como una mezquita. Ha dicho textualmente: “Los dirigentes árabes han robado billones de dólares al pueblo árabe gastándolos en armamento para combatir al Estado de Israel, al que jamás podrán derrotar, en vez de usar ese dinero en educación y sanidad”. Al contrario que algunos acobardados dirigentes europeos, el príncipe Hassan bin Talal atacó duramente el programa nuclear iraní y lo hizo ante las barbas del ayatolá Mohamed Jatamí, ex presidente de Irán. “Irán no debe tener la bomba atómica”, dijo. En cambio, el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, en un reciente “viaje privado” a Teherán, dijo a Ajmadineyad que apoyaba las aspiraciones de Irán de desarrollar su programa nuclear.
El islamofascismo está emponzoñando la relación de las democracias con el islam y conduciendo el antagonismo hacia un desenlace bélico total. Fue reavivado en Oriente Medio tras la II Guerra Mundial por un reducto de nazis alemanes contratados por Reinhard Gehlen, quien por encargo de EEUU organizó el servicio de Inteligencia de Nasser en Egipto. Estos nazis inocularon el virus antisemita y antidemocrático. Pocos occidentales han sabido ver la guerra del Líbano por lo que en realidad ha sido: un ataque del islamofascismo a la libertad. Su objetivo no se reduce al conflicto de Oriente Medio, sino que tiene una obsesión: la conquista del mundo por el islam, igual que Hitler pretendía la conquista del mundo por la raza aria.
El príncipe Hassan bin Talal, heredero regente de Jordania hasta la coronación de Abdullah, no tiene pelos en la lengua a la hora de reconocer una verdad como una mezquita. Ha dicho textualmente: “Los dirigentes árabes han robado billones de dólares al pueblo árabe gastándolos en armamento para combatir al Estado de Israel, al que jamás podrán derrotar, en vez de usar ese dinero en educación y sanidad”. Al contrario que algunos acobardados dirigentes europeos, el príncipe Hassan bin Talal atacó duramente el programa nuclear iraní y lo hizo ante las barbas del ayatolá Mohamed Jatamí, ex presidente de Irán. “Irán no debe tener la bomba atómica”, dijo. En cambio, el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, en un reciente “viaje privado” a Teherán, dijo a Ajmadineyad que apoyaba las aspiraciones de Irán de desarrollar su programa nuclear.
El islamofascismo está emponzoñando la relación de las democracias con el islam y conduciendo el antagonismo hacia un desenlace bélico total. Fue reavivado en Oriente Medio tras la II Guerra Mundial por un reducto de nazis alemanes contratados por Reinhard Gehlen, quien por encargo de EEUU organizó el servicio de Inteligencia de Nasser en Egipto. Estos nazis inocularon el virus antisemita y antidemocrático. Pocos occidentales han sabido ver la guerra del Líbano por lo que en realidad ha sido: un ataque del islamofascismo a la libertad. Su objetivo no se reduce al conflicto de Oriente Medio, sino que tiene una obsesión: la conquista del mundo por el islam, igual que Hitler pretendía la conquista del mundo por la raza aria.
Asa-El, ex director del Jerusalem Post, aludiendo a la exhibición de ZP con el pañuelo de Arafat y a las declaraciones del presidente acusando a Israel de atacar y abusar del Líbano, señala que el verdadero abuso, el único, es el perpetrado por Hizbulá, y que este abuso es tan sólo parte de un azote más amplio que amenaza a la propia España. “¿Por qué Zapatero no puede entender los efectos que la conquista iraní de Beirut tendría sobre los islamistas europeos, quienes predican que los musulmanes deben reconquistar todos los antiguos dominios del califato, que incluyen España entera?”, se pregunta Asa-El. Su respuesta es obvia: Europa sufre el síndrome de Estocolmo. Se pone de parte de su enemigo confiando en que así no sufrirá daño. Peor todavía. A diferencia de antes, enque los judíos fueron a la muerte sin rechistar, ahora defienden sus libertades democráticas y las nuestras, mientras los dirigentes europeos, por espurios intereses, pretenden atarlos de pies y manos llegando a confundirnos a todos. Tal vez las democracias europeas, si no despiertan, tengan que lamentar la pérdida de sus libertades bajo el imperio de la sharia interpretada por el islamofascismo. Entonces resonarán de nuevo en nuestras mentes las palabras de la madre de Boabdil: “Llorad como niños, porque no supisteis defender como hombres la libertad tan duramente conquistada”.
PERE BONNÍN,
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