La dictadura de "lo sano"

Me cansan los políticos, los "bienpensantes" y los millones de ciudadanos apáticos que ante casi nada reaccionan. Me alegra que a la ministra Salgado no la hayan nombrado "jefa" de la OMS. De sus ideas contra el tabaco le salen émulos hasta en Somalia. Ahora le ha entrado la "perra" con las hamburguesas grasientas. Nos dicen si podemos fumar, lo que no podemos comer. ¿Queda alguna decisión bajo mi exclusivo control? ¿Pretende regular el Estado todas las actividades de mi vida?

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta semana se ha muerto una modelo de pasarela brasileña por una enfermedad derivada de la anorexia que tenía. su comida todos los días era una manzana y un tomate. ¿Será esto lo que quiere la ministra?

Anónimo dijo...

No podemos conducir por tí.
Pero nos gustaría, y hacemos lo posible por conseguirlo.
También nos gustaría comer por tí, vivir por tí, decidir por tí.
En principio puede parecerte un poco escandaloso, quizá radical en exceso. Pero párate un momento y reflexiona.
Te prometemos la desaparición de todo reproche. Decidir, optar es un proceso doloroso: estas al albur de los resultados de tus actos. Nosotros te liberamos de todo ello: es lo que muchos hombres llevan deseando desde el principio de los tiempos.
Imagínate por un momento que estás liberado de los efectos secundarios. ¿Te seduce?
Te esperamos. Infórmate: www.elestado.com

Anónimo dijo...

No quiero que mis hijos se metan en la vena drogas o grasas plaquetarias extras.
No hace mucho que las autoridades sanitarias descubrieron granjas de engorde vacuno a base de hormonas de crecimiento que afectaban negativamente a la salud de las personas. Se prohibió esta práctica fraudulenta por peligrosa.
La cuarta parte de una hamburguesa XXL es grasa, y de ésta el 38,7% es saturada, es decir, con cada XXL nos inyectan en vena 25 gramos de grasa saturada, XXV en números romanos. Nos dan más grasa que a un sparring, y para colmo, 1,31 gramos son grasas hidrogenadas, las más tóxicas. Estas grasitas disimuladas con carne engordan las arterias disminuyendo el agujero; más trabajo para el corazón que tiene que empujar a contracorriente. El señor Burger no comerá XXVs huyendo de la arteriosclerosis, pero padece cardiosclerosis si es que tiene corazón.
La ministra en su Ministerio de Sanidad y Consumo ha de informar, controlar y sancionar, si fuera preciso. Sabiendo lo que lleva dentro la XXV (dos equis es doble incógnita) los adultos somos libres para envenenarnos o hacer la dieta de la manzana y el tomate, pero los menores NO. Los padres y el Ministerio hemos de velar por los jóvenes. Éstos, hasta la mayoría de edad no pueden votar, ni volar en motos grandes, ni deben ingerir hamburguesas con truco. Yo velaré por los míos.

framling dijo...

Cojonudo, vela por los tuyos, pero dejad tú y el ministerio a los míos en paz.

Anónimo dijo...

Dios mío, lo de "los padres y el Ministerio hemos de velar por los jóvenes" suena terrible... Desengáñate, la mayoría de los jovenes salen adelante sin que los padres nos enteremos de la mitad de la historia, y a veces salen adelante a pesar de los padres. Ni el Ministerio, ni el Big Brother de Orwell ni el Partido de la URSS son cuidaores de nadir. ¿Dónde dejas la responsabilidad individual que estamos arrebatando a los jóvenes? nos van a salir tontos y nos van a llevar a asilos con ratas...

Anónimo dijo...

"Nos dan más grasa que a un sparring" A los que estáis en el "corral" será porque yo consumo lo que me apetece, a mi nadie me "da" nada, lo elijo yo.
Es impresionante como la gente se ha acostumbrado a delegar su libertad y su responsabilidad en los poderes públicos, mal vamos

rojobilbao dijo...

a. gil, al igual que no me parece mal que los paquetes de tabaco lleven impresos la información de sus sustancias malas, la hambuerguesa puede llevar las suyas. Es más, al igual que con algunas peliculas,entiendo que un niño (menores de 15 por ejemplo)no pueda comer la hambuerguesa sin la supervisión del adulto, pero claro, empezamos por las hamburguesas y ¿donde termina la juerga? El chorizo puede ser malísimo, y qué decir de los huevos.No más de uno al día, no vaya a ser que de mayores...
SOY UN SER ADULTO, QUE ME DEJEN EN PAZ.

Anónimo dijo...

A framling: no sé de dónde colige que yo no le dejo en paz; puede lerme de nuevo.

A María: tiene usted razón en que dejemos a los jóvenes en paz; el problema radica en delimitar el paso de la niñez a la pubertad o un paso más.

A Benjamín: usted comerá lo que le apetece si sabe qué tiene lo que come, y si lo desconoce, a usted le dan. No es lo mismo comer que tragar.

A rojobilbao: sólo usted ha entendido la médula de mi discurso. Entiende que el menor (... menos de 15 años, otros le corregirían) no pueda comer la hamburguesa sin la supervisión de su responsable.
Para que los mayores tengamos criterio hemos de estar informados; se trate de vacunas, composición de los alimentos, juguetes peligrosos, educación, lecturas, urbanidad... que legislen los poderes públicos que para eso están. A los padres nos corresponde obrar responsablemente.
En Kioto hubo un acuerdo para limitar la emisión de gases provocadores del efecto invernadero; me parece razonable que se controlen las emisiones y se penalice a los países (y los gobiernos a las instalaciones internas) que incumplan lo pactado.
Las organizaciones alimentarias acordaron controlar a la baja la adición de grasas saturadas. Parece ser que Burger King incumple lo pactado; de ahí la llamada de atención de la Ministra.
Para mí la educación de mis hijos no es una juerga. En nuestra casa debatimos con libertad sobre todo lo que nos rodea para ir formando criterio.
Hoy he hablado sobre las hamburguesas XXL, y si álgún día rebrota la gripe aviar hablaré sobre los huevos, puede que no comamos ni uno al día durante la cuarentena.

Anónimo dijo...

Soy médico, hago guradias nocturnas en un hospital. En estos seis años de ejercicio hemos atendido a cientos de adolescentes, sobre todo los fines de semana. Los cuadros son variados y preocupantes; inconsciencia, coma, taquicardias exageradas, agitación psicomotriz, con ingresos reincidentes. Todos ellos derivados de la ingesta de alcohol, drogas, bebidas energizantes ¡OJO CON ESTAS! que contienen cafeína y taurina entre otros ingredientes, y mezclas varias.
En España y la mayoría de los países, las bebidas energizantes-enlatadas- se venden en los supermercados. La propaganda va dirigida a los deportistas, para recuperarse del cansancio; se toman frescas y son agradables, pero hemos atendido a jóvenes que no han tolerado una sola lata; otros, según sus compañeros nocturnos, suelen decir varias(¿?) a lo largo de la noche.
En Francia, Dinamarca y Noruega estas bebidas, aparentemente inofensivas, están prohibidas, sólo se expenden en farmacias.
En españa, las autoridades sanitarias no se han pronunciado sobre los daños que pueden acarrear estos energizantes. En este departamento de urgencias hace años que lo hemos constatado. Pienso que Sanidad debería estudiarlo dado que médicos próximos al gobierno conocen la problemática.
Cuando se presentan en urgencias los padres de los chicos las escenas son dramáticas. Se asombran de lo que se les cuenta, algunos han tenido que ser asistidos. Cuántos padres se reprochan la permisividad del conjuge o declaran el desconocimiento hijo.

Anónimo dijo...

El (des)gobierno dictatorial de Rodríguez el Traidor es así. No educan, mandan a lo nazi.

Anónimo dijo...

Pues qué queréis que os diga, prefiero una hamburguesa de un McDonald's, que ahora sí que pasa controles de calidad, que un filete de ternera de un restaurante de 80 euros el cubierto, filete de una ternera criada y alimentada en el oscuro y opaco sector ganadero español.

¿Qué pasó con las vacas locas?

¿Qué pasó con un "fabricante" de comida catalán que abrió un telenoticies por dar perros muertos en pienso a sus vacas y del cual nunca más se supo?

¿Y con las "mafias del clembuterol"?

Menuda mierda de ecoprogres tenemos, en otros países al menos sirven para algo.

Anónimo dijo...

mientras paguemos con nuestros impuestos el tratamiento de los que fuman o comen mierda, SI, hay que regular. De no ser asi, que cada uno haga lo que le de la gana pero que pague con su bolsillo sus propios actos.