Con uno basta

De pequeño mis padres me apuntaron a unas clases extra escolares de artes plásticas. Pintura, escultura, grabado. En fin, unas clases que aún hoy agradezco y que a pesar de que mi nula capacidad artística sigue intacta, me sirvieron muy mucho para acercarme al arte, a disfrutarlo sobre todo. Pues bien, recuerdo como una de las imágenes imborrables de aquel periplo infantil el vaso de nocilla lleno de agua en el que limpiábamos los pinceles con los que emborronábamos los lienzos. Lo primero que siempre hacía cuando alcanzaba la mesa era derramar una gota negra sobre el agua transparente, et voilà, el líquido elemento se tornaba oscuro.

A Conde-Pumpido sus padres no le debieron llevar a clases de pintura. Para el fiscal mayor de Moncloa para que la claridad se vuelva oscura hacen falta tres proetarras, con uno por lista no basta. Vaya artista.

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