Indigenismo y democracia

-Aquí las mujeres no existen —dijo con sarcasmo Saúl Cruz Vázquez, edil del municipio oaxaqueño de Santa María Quiegolani cuando ordenó destruir las boletas electorales en apoyo a Eufrosina Cruz Mendoza, una mujer que, pese a las burlas y amenazas, había decidido inscribirse en la contienda por la renovación del cargo.

—No valen nada— remarcó Eloy Mendoza Martínez, quien a la postre y sin rivales, se convirtió en el presidente municipal electo.

Si en principio se toleró la participación de Eufrosina en el proceso fue porque las autoridades en turno y el aspirante Eloy —arropado por la familia en el poder— estaban convencidos de que nadie en el pueblo se atrevería a atentar contra las tradiciones y a confiar en una mujer. Pero en plena asamblea electoral sorprendió su arraigo y credibilidad, principalmente entre el sector femenino, cansado ya de la invisibilidad.

Seguro de la derrota de su candidato, Cruz Vázquez decidió anular los votos a favor de Eufrosina, “porque las mujeres fueron creadas para atender a los hombres, para cocinar y cuidar a los hijos, pero no para gobernar”.

El Congreso del Estado, erigido en Colegio Electoral, calificó como válida y legítima la elección de Santa María Quiegolani -en donde la autoridad municipal anuló los votos que recibió la candidata Eufrosina Cruz Mendoza, por el hecho de ser mujer y profesionista- y emitió un exhorto al Instituto Estatal Electoral (IEE) para que en los próximas elecciones municipales se permita la participación de la mujer en igualdad de condiciones que los varones.

Especifica que esta acción debe realizarse "de manera que paulatinamente las comunidades puedan adoptar nuevas prácticas democráticas para la elección de sus autoridades".


Más aquí y aquí

0 comentarios: