De nuevo Antígona

El difunto rey de Tebas, Edipo, tuvo dos hijos varones: Polinices y Eteocles. Ambos acordaron turnarse anualmente en el trono tebano pero, tras el primer año, Eteocles no quiso ceder el turno a su hermano, por lo que el primero llevó un ejército foráneo contra Tebas. Ambos hermanos se dieron muerte mutuamente, pero son los defensores de Tebas los que vencen en el combate. Antígona cuenta a su hermana Ismene que Creonte, actual rey de Tebas, impone la prohibición de hacer ritos fúnebres al cuerpo de Polinices, como castigo ejemplar por traición a su patria. Antígona pide a Ismene que le ayude a honrar el cadáver de su hermano, pese a la prohibición de Creonte. Ésta se niega por temor a las consecuencias de quebrantar la ley. Antígona reprocha a su hermana su actitud y decide seguir con su plan.

Creonte anuncia ante el coro de ancianos su disposición sobre Polinices, y el coro se compromete a respetar la ley. Posteriormente, un guardián anuncia que Polinices ha sido enterrado, sin que ningún guardián supiera quién ha realizado esa acción. El coro de ancianos cree que los dioses han intervenido para resolver el conflicto de leyes, pero Creonte amenaza con la muerte a los guardianes porque cree que alguien los ha sobornado. El cuerpo de Polinices es desenterrado. Pronto se descubre que Antígona era quien había enterrado al cuerpo, pues intenta una vez más enterrar al cuerpo y realizar los ritos funerarios, pero es capturada por los centinelas. Antígona es llevada ante Creonte, en donde confiesa y señala que ha desobedecido porque las leyes humanas no pueden prevalecer sobre las divinas y se muestra orgullosa de ello y sin temor a las consecuencias. Creonte la increpa por su acción, sospecha que su hermana Ismene también está implicada y, a pesar del parentesco que lo une a ellas, se dispone a condenarlas a muerte.

Ismene, llamada a presencia de Creonte, a pesar de que no ha desobedecido la ley, desea compartir el destino con su hermana y se confiesa también culpable. Sin embargo, Antígona, resentida contra ella porque ha preferido respetar la ley promulgada por el rey, se niega a que Ismene muera con ella. Finalmente, es sólo Antígona la condenada a muerte. Será encerrada viva en una tumba excavada en roca.

Hasta aquí el resumen de la tragedia que nos narra Sófocles. Hoy día en Inglaterra...

El jueves 11 de diciembre del 2008 quedará por siempre grabado en mi memoria, porque fue en ese día que las relaciones entre la diócesis de Lancaster y Catholic Caring Services [agencia de beneficencia] sufrieron un quiebre irreparable. Esta relación – que había sido forjada por miles de laicos y clérigos por más de 100 años – terminó cuando los miembros del consejo de administración votaron 9-1 a favor de quitar la palabra “Católica” de su título, significando con esto su capitulación a la legislación del gobierno acerca de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, sin ningún intento de resistencia.


Las leyes humanas no pueden prevalecer sobre las divinas, siempre que no sean interpretables, porque en caso de duda hay que tener mucho cuidado con lo que se hace. No creo que sea acertado la teoría musulmana de matar al apóstata. Y no creo que todos los clérigos musulmanes afirmen taxativamente tal obligación. Pongo el caso extremo para adelantarme a las posibles críticas. En el casod e Antígona, la desobediencia al rey es obligatoria (desde mi punto de vista).

2 comentarios:

Isaac García Expósito dijo...

Felices Pascuas para ti y los tuyos.

rojobilbao dijo...

Muchas gracias. Devuelvo tan amable felicitación hacia ti y los tuyos.