Un catedrático tan osado como ignorante

Antonio Ruiz de Elvira catedrático de Física responde a los lectores de elmundo.es sobre el problema de la contaminación en Madrid:


7. ¿Qué le parece la actitud de la concejal de Medio Ambiente de Madrid, Ana Botella, ante el problema de la contaminación, cuando dice que "lo que asfixia a los madrileños es el paro"?

La de alguien que habla sin saber lo que dice: Arreglar el problema de la contaminacion en Madrid crearia automaticamente miles de puestos de trabajo, pues habría que cambiar las calefacciones, los aislamientos la estructura de las casas, y cambiar los sistemas de circulacion, los modelos de coches. Cualquier cambio genera puestos de trabajo. La frase de la Sra. Botella no se entiende, salvo si la pronuncia una ignorante.


Frente a esta sandez repliquemos con la falacia de la ventana rota de Bastiat, economista vasco excepcional muerto en 1850 (de manera que bien podría el catedrático darse por enterado) que viene a ser como sigue:

Un chico algo travieso, tira un ladrillo contra la ventana de la panadería de su barrio y la destroza. El panadero sale furioso a la calle, pero el chico ya se ha ido.

Rápidamente comienza a reunirse un grupo de curiosos que observan los restos de la vidriera sobre los panes y las facturas del local. Algunos de los curiosos comienzan a filosofar acerca del hecho y expresan que, después de todo, esta desgracia puede tener su lado bueno: significará una ganancia para algún vidriero. ¿Cuánto cuesta un nuevo vidrio? ¿100 euros? No es una suma tan importante. Además, si los vidrios nunca se rompiesen ¿Qué pasaría con los negocios de vidriería?

El razonamiento continúa. El vidriero tendrá 100€ más para gastar en otras cosas y esto a su vez hará que otros gasten esos 100€ y así hasta el infinito. La "ventana rota", va a ir generando dinero y empleos en forma de espiral y la muchedumbre concluirá, entonces, que el chico travieso lejos de ser una amenaza pública, se ha convertido en un benefactor social!

Hasta aquí la historia, pero veamos el caso desde otra perspectiva.

La multitud estaba en lo cierto al menos en algo: la ventana rota implicará más ganancia para algún vidriero, quien seguramente, se pondrá muy feliz gracias a este pequeño acto de vandalismo. Pero ¿Qué sucede con el panadero?

El panadero tendrá 100€ menos para gastar, por ejemplo, en comprarse un traje nuevo.

Debido a que tuvo que reponer su vidriera, se quedará sin su traje nuevo (o cualquier otra cosa que hubiese deseado adquirir). En lugar de tener una ventana y 100€, ahora sólo tiene la ventana. Más bien, como él pensaba ir a comprarse el traje esa tarde, en lugar de tener ambas cosas, la ventana y el traje, deberá contentarse con tener solamente la ventana.

Si pensamos en el panadero como miembro de la comunidad, ésta ha perdido la posibilidad de tener un nuevo traje que de otra forma hubiese existido, es decir que en este sentido: se ha empobrecido (carece de algo que necesitaba). La ganancia que obtiene el vidriero, no es otra cosa que la pérdida que tiene ahora el sastre. Ningún nuevo "empleo" ha sido creado.

La multitud solamente estaba pensando en 2 partes de la transacción: el panadero y el vidriero. Se olvidaron de la 3ª parte potencial involucrada en ella: el sastre. Ese olvido se debe precisamente a que el sastre nunca entró en escena.

La gente verá la nueva ventana colocada al día siguiente. Lo que nunca verán es el traje nuevo, simplemente porque nunca será confeccionado. Ven solamente lo que es inmediatamente visible a sus ojos. Al final, mirando el conjunto de la industria, se ha perdido el valor de un cristal, llegando Bastiat a la conclusión de que "la sociedad pierde el valor de los objetos inútilmente destruidos" y que "la destrucción no es beneficio". A nuestro obtuso catedrático se le escapa el concepto de "costes de oportunidad".

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero quizás el vidriero compre el traje... Sí, pero seguramente a un chino.