Desnivel educativo
«Corrijo al alza, de forma generosa. Las notas que pongo no son reales. No suspendo a muchos más por un principio de confianza en los docentes que han dado el visto bueno a que ese alumno haya aprobado el Bachiller», explica una correctora de exámenes de Lengua Castellana, que prefiere mantener el anonimato ya que su cometido requiere mucha discreción. Los estudiantes llegan a la prueba «con un nivel muy bajo» y año tras año «van a peor», sostiene esta profesora de la UPV. «Están muy mal preparados». Por sus manos pasan cerca de un centenar de ejercicios. Los sobresalientes los cuenta con los dedos de una mano. La inmensa mayoría de sus notas oscila entre el 4 y el 6. Y con propina.
En el ejercicio de Castellano los alumnos deben leer un texto y extraer su idea principal en una línea. «Lo hacen horrible. No saben sintetizarlo», comenta. «Tampoco son capaces de hacer el resumen de ocho líneas ni el esquema con las ideas principales. El problema es que los estudiantes no están habituados a leer ni a escribir. No discuto que tengan desarrolladas otras habilidades cognitivas, pero en Lengua van a peor», afirma de forma categórica.
En el ejercicio de Castellano los alumnos deben leer un texto y extraer su idea principal en una línea. «Lo hacen horrible. No saben sintetizarlo», comenta. «Tampoco son capaces de hacer el resumen de ocho líneas ni el esquema con las ideas principales. El problema es que los estudiantes no están habituados a leer ni a escribir. No discuto que tengan desarrolladas otras habilidades cognitivas, pero en Lengua van a peor», afirma de forma categórica.
Quien necesite más datos para llorar a moco tendido se pase por aquí.
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