¡¡Juan Pablo Segundo, te quiere todo el mundo!!

La cantinela de que Juan Pablo II llenaba las plazas pero vaciaba las iglesias, se ha repetido estos días. Les duele que sea declarado beato y aún más el profundo amor que los católicos dispensan a un Papa inolvidable.

Un interesantísimo artículo al respecto escribió ayer Tomás Cuesta. Lo recomiendo vivamente:

Karol Wojtyla sacó a la Iglesia del tímido entreacto en el que estaba empantanada y levó anclas con rumbo a mar abierto, hacia el rugiente corazón de la mayores las tempestades. Generó odios acerbos y amores insondables; despertó a los durmientes; refrenó a los sectarios; sonrió con los niños; regañó a los tiranos. Juan Pablo II, el Papa, reintegró al catolicismo en la universalidad «de facto». Supo entender que en la aldea global los medios son el púlpito que exige la Palabra y logró que el espíritu soplase de tanto en tanto en el lodazal pautado de los telediarios.

3 comentarios:

Carlos J. Muñoz de Morales dijo...

Lo que fastidia verdaderamente a la progresía relativista y aprovechona es que mandó al carajo al comunismo. No se lo perdonarán nunca.

Donoso dijo...

En este asunto se nota muy especialmente la influencia anticatólica que sigue ejerciendo la Masoneria sobre casi todos los medios.

Anónimo dijo...

Cierto, primero mandó al carajo al comunismo; luego, al consumismo provocado por el capitalismo más salvaje. Debe ser que estaba confuso.
A los ateos "no progres" nos da igual lo que hagan con el tipo en cuestión; como si le quieren meter en el Endeavour y pasearlo por los dominios... del Señor (mientras no lo pague yo, claro).
Saludos y gracias.