Para cuantos aman Zarauz

La decadencia de un pueblo que sin duda dispuso durante años del mejor veraneo posible: Sol, fiesta, el mejor surf y buen ambiente contando en un artículo nostálgico:


Y el nueve de septiembre llegaba el culmen del verano: la Fiesta Vasca. Desde pequeños, todos nos vestíamos de caseros y caseras y acudíamos a la pradera de San Pelayo a corretear, jugar, cantar y comer rosquillas de anís; y por la tarde, a la Plaza de la Música, a bailar al son de las trikitrixas y la sidra recién escanciada. Con los años, la cosa acababa al amanecer, tras una noche de copas maratoniana en la que no era raro encontrarse a los pros del campeonato, con la txapela puesta, y puestos de cerveza hasta la quilla. Por la mañana, de gaupasa, directamente a coger gafas de sol, toalla y tabla, ¡y a la playa! Al agua resucitadora. Y a seguir soñando con la ola perfecta después de haber vivido, un año más, el verano perfecto.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo leí y vi tu comentario. Yo pensé en dejarle uno propio pero Zarauz lo llevo cosido dentro y me resulta difícil de explicar. Quizá la foto de los cuatro en el balcón de casa exprese todo lo bueno que viví con vosotros y muchos otros. Ahora les toca a nuestors enanos.