Cuando vas por libre, te llueven los palos

El abad de Montserrat, Josep Maria Soler, afirmó esta mañana que «como creyente», está «a favor de la vida, desde el inicio hasta el final de la existencia», y que no cree que el aborto sea «un derecho». «Otra cosa –continuó– es que un Estado democrático, si se dan estas situaciones de aborto, no tenga que regular el tema del aborto de alguna manera». 

No creo que sea tan ingenuo como para creer que dicho esto nada ocurriría. Le han llovido (merecidos) palos por todas partes. Un buen ejemplo:


Regular para permitir

Pensar que el padre Soler no sabe lo que dice por no tener suficiente formación es una ofensa que el abad de Montserrat no merece, pues es alguien suficientemente culto como para no poder aplicar esa excusa a sus afirmaciones. Me refiero a lo que ha dicho de que el aborto debería estar regulado –es decir, permitido en parte y por eso defiende algunos aspectos de la nueva ley-, porque es una realidad que está en la sociedad nos guste o no.

Primero: El aborto estaba regulado antes de que Felipe González aprobara la primera ley despenalizadora en 1985. Estaba regulado por la sencilla razón de que estaba prohibido y esa es una regulación que no le debe gustar al abad, pero que es la que la Iglesia a la que él creo que pertenece está reclamando heroicamente.

Segundo: En la sociedad hay muchas, demasiadas, cosas que existen y no deberían existir. Pero eso no significa que se deban permitir total o parcialmente. Con el argumento del padre Soler -¡qué feliz estará Zapatero tras escucharle!-, se debería dejar de prohibir la violencia doméstica y pasar a una regulación que podría ser ésta: se permite a los “compañeros sentimentales” de las mujeres pegarlas pero no matarlas. También se debería dejar de prohibir el terrorismo, que por desgracia existe, y decirles a los asesinos de ETA, por ejemplo, se os prohíbe matar en fines de semana, para que los guardaespaldas puedan descansar. Lamentablemente existen los robos y tambien ahí habria que flexibilizar las posiciones. No digamos con la droga, el tráfico de mujeres para la prostitución, etc. En lo que sí que hay que ser muy duro –seguro que el Padre Soler está de acuerdo- es en lo de las corridas de toros y en lo de las focas y en lo de las ballenas. Prohibir cuando la víctima es un ser humano inocente es demasiado radical, demasiado fundamentalista. Si fuera un toro la víctima, seguro que sería otra cosa.

Tercero: Si en el corazón espiritual de Cataluña hay un relativismo tan declarado, me echo a temblar pensando en cómo está el resto. Gracias a Dios, conozco allí suficientes católicos que soportan cada día la persecución de los dictadores del relativismo –los de dentro y los de fuera de la Iglesia- y que son los que, desde el “seny” catalán y la fidelidad plena al Papa, están salvando a su pueblo.


Como el Cid en Valencia

Nueva entrada en "católicos-on-line". Las cosas en el Vaticano están cambiando a mayor velocidad de la que se podría esperar tras cinco años de lento cambio. Y se avanza mirando hacia detrás. 

Durante los cónclaves de 1978 por los cuales salieron papas Juan Pablo I y Juan Pablo II, hubo un hombre del que se dice que a punto estuvo en ambos casos de salir elegido. Era el favorito del sector “conservador” y de la Curia, era el arzobispo de Génova, cardenal y antiguo presidente de la conferencia episcopal italiana (CEI) Giuseppe Siri. Este cardenal su fidelidad a la Iglesia no le impedía tener sus propias opiniones. Así, no le gustaba el llamado postconcilio, donde se estaban llevando aún más lejos reformas litúrgicas que consideraba como mínimo simplistas. Los poco afortunados clichés que nos llevan a pensar en términos de política secular las dicotomías conservador/progresista podrían hacernos creer en una sintonía entre Juan Pablo II y el cardenal Siri. No era tanta. Compartían un rabioso anticomunismo, pues conocían al enemigo, y ambos compartían una visión eclesiológica, donde la colegialidad no era ni un fin ni algo estrictamente necesario. Pero les separaban cosas como la visión litúrgica, en la que Juan Pablo II siempre intentó estar en una vanguardia arriesgada. El cardenal Siri murió en 1989, y bien se podría pensar que no queda ya nada de él. Pero como el Cid, el cardenal es capaz de ganar batallas después de muerto. Y lo hace de la mano del actual Pontífice, Benedicto XVI. ¿Cómo? Por medio de sus discípulos, los “Siri boys”, expresión acuñada por el blog “Rorate Caeli”.

El Nobel de literatura

Vargas Llosa ha sido premiado como todo el mundo sabe (excepto el chino disidente premio nobel de la paz, al que no le cuentan nada, los amables chinitos de las olimpiadas y expos universales). En lo que más se insiste es en su calidad de "liberal". Para cumplir con el requisito de liberal se le pide sobre todo ser un firme partidario de libre mercado y su autodenominación como tal. Pero ¿es un liberal? Si ánimo de repartir los dichosos carnets y aceptando que haya quien lo considere como tal yo no lo hago, al menos como arquetipo, al defender el aborto, ¿puede un liberal dejar sin el derecho básico a un nasciturus?*, y apoyar vivamente a un partido como UPyD, que ni es liberal, ni lo pretende.

Pero es que además, más de un comentarista ha subrayado que resulta chocante y una alegría que la academia sueca se haya "atrevido" a premiar a un liberal fuera de la categoría económica. Dejando de lado que (supongo) que habrá premiados liberales tanto en física como en cualquiera del resto de categorías al no subrayarse sus convicciones (se les premia por su trabajo, no por sus pensamientos políticos-vitales) nótese que puestos a premiar a un liberal lo hacen a alguien que en todo lo demás pertenece al mainstream progre. Abortista, favorable al matrimonio gay, que escribe para "El País" y publica en Alfaguara. Si Vargas Llosa no es más de Prisa, sale corriendo.

En fin, algunos (que no somos tenidos por liberales) miraremos el premio desde una distancia respetuosa, sin alegrarnos en exceso, pero ni sentir pena.



*Atención al disparate que soltó defendiendo el aborto en "El País" allá por el año del Señor 1998:

Un inmenso número de mujeres se ven empujadas a abortar por ese cuarto supuesto, precisamente: unas condiciones de vida en las que traer una nueva boca al hogar significa condenar al nuevo ser a una existencia indigna, a una muerte en vida. Como esto es algo que sólo la propia madre puede evaluar con pleno conocimiento de causa, es coherente que sea ella quien decida. Los gobiernos pueden aconsejarla y fijarle ciertos límites -de ahí los plazos máximos para practicar el aborto, que van desde las 12 hasta las 24 semanas (en Holanda) y la obligación de un periodo de reflexión entre la decisión y el acto mismo-, pero no sustituirla en la trascendental elección. Ésta es una política razonable que, tarde o temprano, terminará sin duda por imponerse en España y en América Latina, a medida que avance la democratización y la secularización de la sociedad (ambas son inseparables).

El caso Arregui

Nueva entrada en catolicos-on-line sobre la disidencia intraeclesial y su habitual manera de terminar.

Los localismos, cuando reflejan estados generales, resultan apropiadísimos para explicar fenómenos extendidos. Por ello quisiera hablar hoy de uno muy concreto. Es el denominado caso Arregui, de corta vida y que pronto se olvidará.

Los antecedentes. En una provincia de España, Guipuzcoa, cuna de San Ignacio de Loyola, se halla un santuario mariano de relevancia en manos de los franciscanos. Los franciscanos vascos son sin duda una de las órdenes que con mayor ímpetu y ardor, han abrazado lo que comúnmente se entiende como progresismo eclesial. Tanto su lenguaje verbal (Dios Padre-Madre, fe adulta, laicado comprometido…) como el no verbal (desaparición del hábito, sobriedad, casi jansenista, iconográfica en sus templos) marcan unas pautas claras y que no dejan lugar a engaño.

No hay mal que 100 años dure

Alemania da por concluida la I Guerra Mundial tras pagar su última deuda 92 años después.

Aquel error lo hemos pagado con creces los humanos, y aunque quisiera creer que de él hemos aprendido, no voy a pretender que mis lectores sean tan ingenuos. La humanidad como aprende olvida y así nos luce el pelo. Las guerras exigen castigos inmediatos y que acto seguido se pase la página porque si no ocurre lo de las guerras de Iraq contra Sadam, donde una no-solución, supuso otra guerra. 


Música, liturgia y armonía

Nueva entrada en "católicos-on-line", sobre música y liturgia:

Decía el otro día monseñor Ángel Rubio Castro, Obispo de Segovia:

Cuando hoy todo el mundo conocemos nuestras canciones, porque tenemos discos y cintas y espectáculos al aire libre, no es válido poner esta misma música para la liturgia. Un cristiano medianamente culto no puede cantar a Dios atentamente si la melodía que está cantado le recuerda la chica segoviana, o los mozos de Monleón, o me gustan los labradores, o... señor alcalde.

¿Sabe la coca-cola en todas partes igual?

Yo pensaba que sí, pero por lo que parece mi adicción a dicha bebida no implica grandes conocimientos del tema:

Es la Coca-Cola mexicana, una bebida que en Estados Unidos se distingue por distribuirse en una contundente botella de cristal y que está ganando adeptos a marchas forzadas. Y no solo entre los millones de hispanos que residen en la primera potencia mundial, sino entre los propios estadounidenses, seducidos por un ingrediente clave que hace la diferencia.

Se trata del azúcar de caña que contiene el refresco mexicano, un factor que hace que sea más dulce y digestivo a la vez, frente al sirope de maíz que usan en Atlanta para la llamada Coca-Cola original. Y eso pese a que desde la sede central de la multimillonaria compañía aseguran que no existe diferencia alguna.


En domingo

Ayer acudí a la misa a la que habitualmente acudo, en el centro de Bilbao y en euskera. Como las suponía a las parroquianas muy piadosas y nacionalistas (perfil habitual de las asistentes de cierta edad a misa en el País Vasco) a modo de chanza le dije al cura que quizá la celebración del Alderdi Eguna (día del PNV) le restaba asistentes. Con una sonrisa me aseguró que varias ya le habían advertido de la ausencia "obligada". Para mi sorpresa, la parroquia apenas contaba con la mitad de los habituales. ¿Por qué digo sorpresa? Pues porque el PNV ha decidido abiertamente dar la espalada al catolicismo, su seña de identidad durante más de 80 años y los católicos nacionalistas parecen preferir al dios Patria sobre Jesucristo.

26/02/2010

El apoyo de CDC y PNV aceleró la Ley del Aborto en el Senado

22/0972010

El PNV apoyó la tramitación de la ley de libertad religiosa propuesta por la extrema izquierda parlamentaria