¡Ay, ay, ay, el teléfono!

Al llegar a casa y no ver el inalámbrico en su sitio mi mujer me ha preguntado por él. Yo había sido el último en utilizarlo y no recordaba dónde lo había dejado. Tras 20 minutos de búsqueda cada vez más desesperada, al fin ha aparecido. Junto a los CDs, mimetizado. Bueno, el disgusto se me ha pasado, sobre todo porque al buscar en el fondo(entre los muelles) del sofá ha aparecido el mando.¡ALELUYA!

0 comentarios: