Propuesta política interesante
Publicado por
Luis de Amézaga
on lunes, 30 de abril de 2007
Por su interés reproduzco esta columna publicada en ABC el pasado miércoles día 25 por César Alonso de los Ríos, "La solución Bayrou". Con posibles matices, creo que es una reflexión a debatir en un momento tan yermo en cuanto a soluciones políticas. ¿Opiniones?
"La solución Bayrou"
por César Alonso de los Ríos
Es obvio que ha sido el sistema electoral la causa principal de la postración en la que se encuentra la nación española. Susceptible de empeoramiento, por cierto. Porque, ¿acaso podemos saber dónde está el límite de la ambición del ocho por ciento de los nacionalistas y de los que se apoyan en ellos con un oportunismo suicida? Tan sólo sabemos que los unos y los otros se sienten tanto más realizados cuanto más débil va quedando la nación, espejo trizado en proceso de pulverización.
Los socialistas no quieren cambiar el sistema porque han cifrado su futuro en el pacto de hierro con los nacionalistas; los populares no quieren cerrarse la posibilidad. ¿Acaso no resolvió su primera legislatura José María Aznar sin la mayoría absoluta? En estas circunstancias, la única posibilidad sería la creación de una tercera fuerza, algo más parecido a Bayrou que al localista Albert Rivera, aunque tampoco necesariamente centrista o liberal, como aquel. Tendría que surgir una fuerza capaz de liberar al sistema del chantaje de los nacionalismos; la que pudiera otorgar la mayoría absoluta sin que esta debiera estar condicionada por los intereses vinculados a la utilización exclusiva de las lenguas vernáculas, los soberanismos territoriales, los intereses regionales, las estrecheces particularistas... a que esa fuerza debería estar informada por la racionalidad que se deriva de la idea nacional.
Sin duda alguna, en los dos grandes partidos hay personalidades -y, por supuesto, militantes y votantes- que no se atreverían a dar el salto ideológico que supone pasar de la izquierda a la derecha o de esta al socialismo sin tener una seguridad en los resultados, pero sí a un territorio político en el que las concepciones partidarias quedaran supeditadas a la razón de ser de una nueva formación levantada justamente a partir de la racionalidad que supone, sobre todo, apartar a los nacionalismos de su influencia perversa; impedir la tiranía que vienen ejerciendo sobre el sistema democrático; detener, en definitiva, el proceso de degradación en el que nos encontramos los ciudadanos y al que, de lo contrario, parece abocada la nación española.
"La solución Bayrou"
por César Alonso de los Ríos
Es obvio que ha sido el sistema electoral la causa principal de la postración en la que se encuentra la nación española. Susceptible de empeoramiento, por cierto. Porque, ¿acaso podemos saber dónde está el límite de la ambición del ocho por ciento de los nacionalistas y de los que se apoyan en ellos con un oportunismo suicida? Tan sólo sabemos que los unos y los otros se sienten tanto más realizados cuanto más débil va quedando la nación, espejo trizado en proceso de pulverización.
Los socialistas no quieren cambiar el sistema porque han cifrado su futuro en el pacto de hierro con los nacionalistas; los populares no quieren cerrarse la posibilidad. ¿Acaso no resolvió su primera legislatura José María Aznar sin la mayoría absoluta? En estas circunstancias, la única posibilidad sería la creación de una tercera fuerza, algo más parecido a Bayrou que al localista Albert Rivera, aunque tampoco necesariamente centrista o liberal, como aquel. Tendría que surgir una fuerza capaz de liberar al sistema del chantaje de los nacionalismos; la que pudiera otorgar la mayoría absoluta sin que esta debiera estar condicionada por los intereses vinculados a la utilización exclusiva de las lenguas vernáculas, los soberanismos territoriales, los intereses regionales, las estrecheces particularistas... a que esa fuerza debería estar informada por la racionalidad que se deriva de la idea nacional.
Sin duda alguna, en los dos grandes partidos hay personalidades -y, por supuesto, militantes y votantes- que no se atreverían a dar el salto ideológico que supone pasar de la izquierda a la derecha o de esta al socialismo sin tener una seguridad en los resultados, pero sí a un territorio político en el que las concepciones partidarias quedaran supeditadas a la razón de ser de una nueva formación levantada justamente a partir de la racionalidad que supone, sobre todo, apartar a los nacionalismos de su influencia perversa; impedir la tiranía que vienen ejerciendo sobre el sistema democrático; detener, en definitiva, el proceso de degradación en el que nos encontramos los ciudadanos y al que, de lo contrario, parece abocada la nación española.
1 comentarios:
Un partido bisagra se va a encontrar con los mismos problemas para entrar en el Parlamento que cualquier otra fuerza de carácter nacional frente a las ventajas que tienen de entrada las que se presentan en circunscripciones concretas, como las nacionalistas y regionalistas. Tengo al impresiçon de que resolver ese problema pasa por la refundación del sistema y, forzosamente, con los cambios en las leyes electorales. A mi me gusta la segunda vuelta en colegio electoral único, con los restos no "usados" según la ley d'Hont, con la que se compensaría a los partidos nacionales no muy fuertes, con lo que se podría dar entrada a grupos bisagra y se les potenciaría frente a los partidos periféricos. Y subir la entrada al Parlamento al 5%.
Por otra parte, y aunque la referncia es tangencial, recelo de Ciutadans/Ciudadanos, que me da la sensación de ser un partido-Zelig.¡Viva este blog! seguid así de valientes
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