Ponte el cinturón
Publicado por
rojobilbao
on domingo, 2 de septiembre de 2007
El Gobierno desde hace años obliga so pena de multa (y ahora incluso de pérdida de puntos) a los que viajan en coche a llevar puesto el cinturón de seguridad. Te obligan por tu bien, y te multan por tu bien. No es como las leyes que te impiden conducir borracho por el bien del resto, no, que lleves el cinturón no influye en el resto. Pero permitimos que nos obliguen a llevarlo.
Lo gracioso es que aprovechando que el cinturón puede salvar vidas (todos conocemos algún caso de conductor muerto por llevarlo puesto) nos quieren vender la moto con la ayuda de la prensa. Hoy La Razón nos cuenta que en los primeros ocho meses del año 300 personas han muerto por no llevarlo puesto. Atención, no dice que hayan muerto 300 personas que no llevaban el cinturón puesto, sino que dice que por no llevar el cinturón murieron. Basta ya de mentiras y de hacer el caldo gordo a leyes tan abusivas.
La opinión de un experto:
P.- La gente está empeñada en morirse en perfecto estado de salud.
R.- Pues sí. Es como el cinturón. Soy enemigo del cinturón. ¿Por qué? Porque es una imposición de las compañías de seguros. Yo he hecho muchas autopsias a causa del cinturón. Oiga, déjeme morir a mi manera. No me obligue usted a ponerme un cinturón que o me rompe las costillas, con lo que uno muere asfixiado, que es una sensación terrible, o muere carbonizado porque si el coche explota no hay quien le saque de ahí. Es distinto que ir en dirección contraria.
Lo gracioso es que aprovechando que el cinturón puede salvar vidas (todos conocemos algún caso de conductor muerto por llevarlo puesto) nos quieren vender la moto con la ayuda de la prensa. Hoy La Razón nos cuenta que en los primeros ocho meses del año 300 personas han muerto por no llevarlo puesto. Atención, no dice que hayan muerto 300 personas que no llevaban el cinturón puesto, sino que dice que por no llevar el cinturón murieron. Basta ya de mentiras y de hacer el caldo gordo a leyes tan abusivas.
La opinión de un experto:
P.- La gente está empeñada en morirse en perfecto estado de salud.
R.- Pues sí. Es como el cinturón. Soy enemigo del cinturón. ¿Por qué? Porque es una imposición de las compañías de seguros. Yo he hecho muchas autopsias a causa del cinturón. Oiga, déjeme morir a mi manera. No me obligue usted a ponerme un cinturón que o me rompe las costillas, con lo que uno muere asfixiado, que es una sensación terrible, o muere carbonizado porque si el coche explota no hay quien le saque de ahí. Es distinto que ir en dirección contraria.
4 comentarios:
Andaba yo mosqueado a principios de este verano por la profusión de noticias en las cadenas de televisión sobre gente que se ahogaba en playas y piscinas. Me resultaba extraño que de repente en 2007 todo el mundo se ahogaba en la playa. Parecía que nadie se había ahogado nunca en una playa. Por supuesto que pensé que algo había detrás de tanta historia.
La razón es la de siempre: crear una especie de estado de necesidad para favorecer la regulación y la intromisión continua del político desocupado de turno al "solucionar" problemas que ellos mismos crean artificialmente.
Después de la saga de muertes en el mar vinieron los reportajes sobre el asunto de las "banderas rojas" en las playas, con noticias sobre la creciente imposición de la prohibición de bañarse en el mar cuando hay tal bandera en una playa, llegando incluso en algunos lugares a multar a quien desobedeciera las indicaciones del vigilante de turno.
A mi me da mucha pena que se ahogue gente, pero lo siento el tamaño del problema no es tal como para justificar ni el despliegue (y consecuente gasto innecesario de dinero) de vigilantes en las playas, ni desde luego la imposición de la burocracia estatal acerca de donde y cuando puedo o no puedo bañarme.
Y asi, el estado sigue progresando en su deseo de arreglarnos la vida.
POLUCIÓN
Una reunión de trabajo con gente fumando. De los cigarrillos ascienden como chimeneas delgadas hilillos de humo que se van perdiendo a media altura hasta que la bruma se va espesando, engordando cual cuarentona burguesa. Se me pone dolor de cabeza, salgo de la reunión a la ventana de mi despacho para respirar y para calmar el enfado que me provocan los fumadores. Como sé que los ambientes cargados de humo me producen dolor de cabeza, antes de ir a casa me tomo una aspirina y antes de acostarme me ducho para quitarme la peste pegada a mi cuerpo. El traje a la terraza al oreo durante dos días. Y ¡cómo huelen los papeles del despacho!
Dr. García Andrade, los médicos nos recomiendan respirar aire limpio. En ambientes cerrados y con opiniones como la de usted no me es posible.
¿Qué le parece si invertimos lo del casquete? echar un casquete después de cada fumada. Yo simularía con cigarrillos de chocolate antes de tirarme al dulce.
Señor Gil, su opinión sobre el tabaco y el humo, me parece que la comparto,pero el caso del cinturón nada tiene que ver. Los derechos de uno sólo acaban dónde empiezan los del resto. No veo dónde comienzan los derechos del resto en el tema del cinturón.
A mi (fumador empedernido) la educación me la enseñaron en mi casa, y desde que fumo no lo hago cuando hay alguien a quien pueda molestar. Si tenemos que legislar las normas básicas de educación mal vamos. No porque haya más normas hay más cumplimiento. Lo que si que hay es más funcionarios y más políticos a los que pagar.
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