Ansón, desatado (y me alegro)

Así es que Eduardo Zaplana, el hombre que ha hecho lo que Rajoy debió hacer, se pregunta cómo Camps, Valcárcel o Arenas proclaman el voto incondicional de los compromisarios de sus respetivas autonomías en favor de Rajoy. Seguramente será así. Pero ya que no existe democracia interna en el PP por lo menos habría que cubrir las apariencias. Los compromisarios son libres de votar a quien consideren conveniente o para hacerlo en blanco. Anticipar su voto como una cuestión de hecho supone una vejación inadmisible para su libertad individual.

Los marianitas, en defensa de sus poltronas de Génova, han cegado ya todos los caminos de la disidencia interna. El que se desmande no saldrá en la foto. Se le considerará un traidor. Inaceptable sería que semejante decisión se hiciera tras la victoria electoral. Pero después de dos severas derrotas, eso instala a Rajoy en el despropósito.

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