Capón a Nacho Escolar

Un buen capón, a un mal diario.

Dragó es un grande.

Resulta, en cualquier caso, francamente curioso que se manipule de tal forma un texto ajeno en un reportaje donde, con razón o sin ella, se denuncia precisamente la manipulación. Hay, señor director, alguaciles alguacilados, hipócritas que presumen de lo que carecen, asnos a los que la Facultad de Información no presta lo que natura no les da y tiros que salen por la culata.

Completo aquí.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

No te preocupes: cuando ya no queden ni Escolares ni Enriques Sopenas al PSOE aún le quedará Interviu

Anónimo dijo...

Curioso estos periodistas - Escolar - de tanto ver la paja en el ojo ajeno y ser incapaz de ver la viga en el propio: ¿Manipulación en Telemadrid o Canal Nou?. Estos es que no ven - como yo he disfrutado - TeleChavez - esto ... Canal Sur -. En esos, claro que no hay manipulación.
Una vez más, ha llegado la hora de pedir el cierre de todas las Televisiones Públicas - seguro que eso no lo pedía Nachete - , y desde luego cortar de raíz la subvenciones a cualquier medio de comunicación.

Fet dijo...

Efectivamente, Dragó es un grande, grandísimo gilipollas.

Anónimo dijo...

Fet e. stinks, mira por donde has descubierto algo que tienes en común con él. Efectivamente

Anónimo dijo...

Menuda obsesión que teneis algunos con Nacho Escolar...y que pena que este no os haga ni caso

Anónimo dijo...

La misma que le hago a su panfletillo del tres al cuarto. Es lo bueno, que todavía no nos obligan por el BOE a comprarlo (aunque todo se andará..)

Anónimo dijo...

Pero Dragó no se iba a ir de España si ganaba Zapatero? Qué tío más plasta, por Dios! Dragó, cumple tu palabra, tío pelmazo!!!

Small Blue Thing dijo...

¿Pero no se llamaba Javier?

Javier Sánchez Dragó, el adalid del Mineralismo, que ha llegado el s. XXI y sigue vigente.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno...

Nachete Estercolar es un hijopé, pero es nuestro hijopé. ¿Vale fachas? Además, Dragó es mierda, no es manipulación, es justicia de izquierdas.

Dragó cacaculopís, como dice Karlos Arerikitaun, el pedorro.