España, un país de zombies

La situación más o menos es la siguiente: una empresa se encuentra sin liquidez, bien porque sus ventas se han desplomado -cosa habitual en los sectores de consumo- o bien porque, aunque sigue vendiendo, no cobra esas ventas -cosa tremendamente habitual en los contratistas con las administraciones públicas-. Entonces, tiene que recurrir a líneas de crédito para financiar el circulante, básicamente pagar las nóminas (si sus clientes no le pagan, la empresa tampoco paga a sus proveedores). Líneas que ha usado sin problemas en el pasado para compensar los largos plazos de cobro.

Pero hete aquí que su banco o caja de toda la vida le ha cerrado el grifo, ya sea directamente o -más frecuentemente- mediante una fuerte subida del diferencial de tipos de interés que le cobra o mediante la exigencia de garantías adicionales que suelen comprender el propio patrimonio personal de los socios. En muchos casos, la empresa no es capaz de hacer frente a unos mayores gastos financieros y los socios no pueden aportar esas nuevas garantías. Y lo de cambiar de entidad es implanteable: "Si no damos casi crédito a los clientes de toda la vida, a los que vienen rebotados de otras entidades ni les escuchamos", reconocen en una entidad.

Por tanto, la empresa no tiene dinero. En consecuencia, deja de pagar la nómina y se plantea el cierre. Pero como no tiene un duro, tampoco puede hacer frente a las liquidaciones de los empleados que debe poner en la calle, por mucho que les obligue a irse de vacaciones de inmediato para no tener que pagárselas. Y la alternativa de los trabajadores es mucho peor: llevar a la empresa al concurso de acreedores y ponerse a la cola durante bastante tiempo para recibir una parte (y no se sabe qué parte) de lo que les debe la empresa, cuando el juez liquide los activos de que dispone.

¿Y qué pasa entonces? Pues que la empresa no puede cerrar pero tampoco pagar a sus trabajadores para que sigan trabajando. Así que se convierte en un muerto viviente, es decir, en una empresa zombie, sin actividad y sin recursos pero que formalmente continúa existiendo. Y no engrosa las estadísticas oficiales de suspensiones de pagos. "Es surrealista que las empresas ni siquiera puedan cerrar por falta de dinero, pero la situación en España es tan disparatada que cada vez es más frecuente", opina un pequeño empresario.

Pero detrás de esta historia hay algo mucho más grave todavía: "La banca está aguantando a las empresas que tenían que caer y provocando la caída de las que deberían seguir vivas", señala gráficamente Enrique Quemada, consejero delegado de la firma especializada en operaciones corporativas One to One. Se refiere a que la banca está refinanciando a las inmobiliarias (sobre todo a las grandes) para evitar su caída a pesar de su dudosa viabilidad porque, si entran en concurso, el banco tiene que provisionar de golpe el 25% del crédito impagado. Además, todas las entidades están quedándose con grandes cantidades de inmuebles como pago de los créditos a los promotores.

"Todos esos recursos que están poniendo en el ladrillo se los quitan a las demás empresas, en un entorno en que el sector financiero tiene que acaparar liquidez para hacer frente a sus propios vencimientos de deuda", añade Quemada. Esto significa que nos encontramos ante una especie de sistema darwinista perverso, en el que sobreviven los malos y mueren los buenos. Lo cual puede tener consecuencias verdaderamente funestas para el futuro de la economía española.


Espeluznante.

5 comentarios:

Butzer dijo...

Y a mi siempre me gusta verlo desde el punto de vista de los incentivos: ¿qué prefiere un banco o caja, que caiga una inmobiliaria de la que es accionista o a la que ha prestado una gran cantidad de dinero y así suba su ratio de morosidad? ¿O prefiere que caigan pequeñas y medianas empresas? Fácil.

Jonsy Gaviota dijo...

Pregunta estúpida:

¿Quién ha copiado a quién?

http://www.cotizalia.com/cache/2009/04/18/noticias_48_proliferan_empresas_zombies_tienen_dinero_cerrar.html

rojobilbao dijo...

jonsy, no entiendo tu comentario. ¿Quie ha copiado el qué?

Jonsy Gaviota dijo...

El enlace que digo tiene párrafos idénticos y comentarios idénticos, y evidentemente trata sobre la misma temática...

A menos, claro, que el autor sea el mismo y me esté columpiando... cosa de usar nics :-)

rojobilbao dijo...

Vamos a ver. Primero, el texto de mi post está en cursiva, señal de que no es un texto mío, sino que estoy citando. Segundo, si pinchas en el enlace que contiene la palabra final ESPELUZNANTE, la única original mía y que no está en cursiva, llegarás al texto que tu citas.

Jonsy eres todo un detective.