Exigencia de firmeza
Intentaré resumir un excelente artículo de Sandro Magister, vaticanista italiano.
Datos previos:
En el gobierno de la región del Lacio y, en consecuencia, en la diócesis del Papa hay una administración de izquierda, lejana y descolorida heredera del difunto partido comunista. En los últimos meses, esta administración ha sufrido un duro golpe con la dimisión de su presidente, Giuseppe Marrazzo, involucrado en aventuras pornográficas con transexuales y con cocaína. Privados de un candidato alternativo propio, para reconquistar el gobierno del Lacio en las elecciones regionales que se celebrarán dentro de dos meses, los partidos de izquierda han aceptado apoyar la auto-candidatura a presidente de un personaje externo a ellos, símbolo del radicalismo anticatólico más agresivo: Emma Bonino.
Emma Bonino es una veterana de los "derechos humanos". Pero dentro de estos "derechos" – que ha defendido también como delegada de la Comisión Europea – ella ha incluido siempre al aborto, a la eutanasia, a los matrimonios homosexuales, a la liberalización de la droga, en síntesis, a toda la panoplia de aquello que Juan Pablo II definió como "cultura de la muerte". En el Partido Democrático, el principal partido de la izquierda italiana, la candidatura de Bonino había dividido a los católicos que forman parte de él. Dos de ellos, Renzo Lusetti y Enzo Carra, habían abandonado el partido, porque consideraban que ya no tenían lugar en él. Otros, por el contrario, como Franco Marini y María Pía Garavaglia, habían saludado en forma favorable la candidatura de Bonino, recomendándola directamente como "capaz de temas y programas que están en el corazón de los electores católicos".
Comienza el jaleo:
La chispa la ha prendido un artículo – durísimo contra Bonino – publicado el 20 de enero en "Avvenire", el diario de la Conferencia Episcopal Italiana. Domenico Delle Foglie, el autor de artículo, es un católico de primer nivel, por mandato de los obispos ha organizado el "Family Day" hace dos años y dirige el sitio web "Più voce. Cattolici in rete". Ha sido vicedirector de "Avvenire" y el pasado otoño estuvo casi a punto de ser llamado para dirigirlo, en lugar del renunciante Dino Boffo yal igual que él, firme partidario de Ruini.
Frente a aquellos católicos "dóciles" e "ilusos", Delle Foglie ha escrito que Bonino encarna al menos tres peligros graves.
El primero es simbólico: una "bofetada a la comunidad cristiana" por parte de "un testimonio de militante enemiga respecto a la visión cristiana del hombre y del mundo".
El segundo peligro es que, en caso de que venciera, la neopresidente Bonino pondría manos a la obra para hacer del Lacio "el laboratorio de todos los zapaterismos", término que deriva del nombre del premier español hiperlaicista.
El tercer peligro es la "soberana hipocresía" de la que Bonino da pruebas ya en el transcurso de la campaña electoral, cuando promete actuar "con y para los católicos", ella que ha pasado toda su vida luchando contra la Iglesia.
Ahora bien, el día posterior a la publicación de este artículo en "Avvenire", en la primera página del "Foglio", Giuliano Ferrara subscribió en su totalidad lo que escribió Delle Foglie. Pero al mismo tiempo se lanzó contra el diario de los obispos, porque había escondido ese artículo en la página 11, porque lo había devaluado como opinión personal del autor, porque en síntesis había dado pruebas de timidez al afrontar una cuestión que no se refiere a planos urbanísticos o a otros asuntos opinables, sino a esos principios supremos definidos por el mismo Papa como "no negociables".
El fondo de la cuestión:
Pero entre tanto "il Foglio" había hecho otra cosa. Había mandado a su hábil enviada, Marianna Rizzini, a recorrer las diócesis de la región del Lacio, para averiguar qué pensaban los sacerdotes y fieles respecto a la candidata Bonino.
El veredicto de la primera diócesis explorada, la de Viterbo, fue impiadoso. El título: "Iglesia de base con Emma. Indagación en Viterbo. Compactas opiniones católicas, en ciertos casos fervorosas, a favor de la candidata abortista, divorcista, partidaria de la eutanasia, quien definió al embrión como un 'grumo inerte'. Raras las disidencias, y tímidas". En efecto, en el reportaje de Marianna Rizzini desde Viterbo, los únicos que se alinearon contra Bonino fueron los "misioneros" del Movimento para la Vida, quienes dedican su vida a hacer nacer a los bebés, no a hacerlos abortar.
Luigi Negri, obispo de San Marino y Montefeltro, milanés y estrecho colaborador en su juventud del fundador de Comunión y Liberación, don Luigi Giussani salta a la palestra.
"¿Por qué frente a una candidatura explícitamente contraria a la Iglesia una parte del mundo católico se muestra carente de actitud crítica? Es la pregunta que me he planteado luego de haber leído la indagación del 'Foglio' en Viterbo, la cual ha puesto en evidencia cómo para muchos católicos no constituye una dificultad la candidatura de Bonino en el Lacio. Si hiciéramos la misma indagación en otras regiones, quiero decir en todas las regiones de Italia, el resultado sería el mismo que en Viterbo. En consecuencia, el dato es uno y reclama ser observado: estamos criando generaciones que son absolutamente incapaces de efectuar un juicio crítico sobre las cosas. Al leer la indagación del 'Foglio', me ha venido a la mente ese versículo de la Biblia, en Jeremías 31, donde se dice: ‘Los padres comieron uvas agrias y los hijos sufrieron dolor de dientes’. Me pregunto: ¿hemos sido capaces de favorecer en estos años la expresión de una verdadera cultura de la fe? ¿O bien no ha crecido entre nosotros, bajo nuestros ojos, una generación para la cual el diálogo es previo a la identidad? A veces parece que el diálogo que impostamos con quien no cree no es otra cosa que una rendición incondicional. En nombre del diálogo nos olvidamos quienes somos. Pero al olvidarnos quienes somos, los otros son siempre los que tienen razón, los que tienen lo mejor”.
3 comentarios:
¿Miedo a crispar?...
Este excelente artículo da mucho que pensar y pone en alerta a los católicos: no se puede transigir con ciertas cosas sólo por formar parte de un grupo, debiéramos todos -me incluyo- ser mucho más valerosos y arriesgar más a la hora de luchar por ideas verdaderamente católicas, verdaderamente de Cristo.
Tenemos la Verdad, los mejores intelectuales, toda una Historia de luces y sombras de la que tomar lecciones, ¿por qué buscar acercar el catolicismo a todos los "ismos" políticos? ¿Por qué no traer los "ismos" al catolicismo? Los resultados del diálogo mal entendido son estos y no otros.
Hace un tiempo que llegué a la conclusiónque un católico debe
apoyar catolicamente aquellas candidaturas que defiendan lo básico. No votaré aquello en lo que no creo (por ejemplo AES) pero tampoco aquello que es falso y se acomoda a modas absurdas (por ejemplo PP).Para eso prefiero no votar o hacerlo en blanco.
Y los obispo desde su alta responsabilidad deben dejar claro loq ue NO se puede votar.
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