Liberalismo religioso y liberalismo político

 

LIBERALISMO RELIGIOSO (Según el cardenal Newman):

El liberalismo religioso es la doctrina que afirma que no hay ninguna verdad positiva en religión, que un credo es tan bueno como otro, y esta es la enseñanza que va ganando solidez y fuerza diariamente. Es incongruente con cualquier reconocimiento de cualquier religión como verdadera. Enseña que todas deben ser toleradas, pues todas son materia de opinión. La religión revelada no es una verdad, sino un sentimiento o gusto; no es un hecho objetivo ni milagroso, y está en el derecho de cada individuo hacerle decir tan sólo lo que impresiona a su fantasía. La devoción no está necesariamente fundada en la fe. Los hombres pueden ir a iglesias protestantes y católicas, pueden aprovechar de ambas y no pertenecer a ninguna. Pueden fraternizar juntos con pensamientos y sentimientos espirituales sin tener ninguna doctrina en común, o sin ver la necesidad de tenerla. Si, pues, la religión es una peculiaridad tan personal y una posesión tan privada, debemos ignorarla necesariamente en las interrelaciones de los hombres entre sí. Si alguien sostiene una nueva religión cada mañana, ¿a ti qué te importa? Es tan impertinente pensar acerca de la religión de un hombre como acerca de sus ingresos o el gobierno de su familia. La religión en ningún sentido es el vínculo de la sociedad.


Pero ¿qué dice el liberalismo político ante la religión? En realidad más bien poco. El liberalismo político sostiene que la religión forma parte del ámbito privado de cada cual, por lo que en principio no hay razón para valorarla y desde luego, no entra entre sus funciones clasificarlas en verdaderas o falsas. Así, a un liberal le dará lo mismo que una religión asegure el eterno infierno para un homosexual irredento; pero no le dará igual que otra castigue con la muerte la práctica de la homosexualidad. Dicho de otra manera, al liberal no le importa tanto la dóxa (opinión) como la praxis (acción).

Pero entonces ¿cómo puede ser una persona católica y liberal? Pues sosteniendo que sólo una religión es verdadera, viviendo según sus preceptos y educando a sus hijos según dicha Verdad, pero tolerando con naturalidad la presencia de otras religiones a su alrededor y no pretendiendo que desaparezcan sino por medio de la apologética.

¿Es posible que se de la unión de liberalismos en una persona? Claro, no es raro. Lord Acton fue un liberal de gran talla en lo político y el perfecto ejemplo en lo religioso, por lo que como católico es un contraejemplo para mi.




 

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No es por sacarle punta, pero:

1º. Lord Acton es uno de los pocos dizque liberales mínimamente presentables (este intelectualmente irrelevante salvo su famosa cita) que se pueden citar como católicos.

2º. Precisamente el liberalismo de Acton le llevó a sostener ideas que le llevaron al enfrentamiento con la Iglesia Católica y a ser reprobado por el Papa.

3º. No sé cómo tuvo el cuajo de autodenominarse liberal tras las salvajadas de los liberales contra los católicos, ni tras el Syllabus...

Firmus et Rusticus dijo...

Sabiendo bien poco sobre Acton, me es difícil salir en su defensa, salvo en una cosa. De intelectualmente irrelevante, nada. Con leer sólo un ensayo suyo he visto que como historiador no tiene precio. Y no excluyo a los historiadores de la relevancia intelectual, pues no se limita a hacer crónica, sino que formula juicios constructivos (que no es lo mismo que embutir tópicos a modo de conclusión, como hoy se acostumbra).

Reciba un cordial saludo.

Anónimo dijo...

No me expliqué bien, quiero decir que hoy en día es un intelectual cuyas obras han sido olvidadas y al cual sólo le se recuerda (en ámbitos liberales) por su famosa cita sobre el poder.

Firmus et Rusticus dijo...

"Pero ¿qué dice el liberalismo político ante la religión? En realidad más bien poco. El liberalismo político sostiene que la religión forma parte del ámbito privado de cada cual..."

Bueno, sí, el liberalismo reduce la religión al ámbito privado, pero ¿qué se entiende por religión? Lo que establezca el liberalismo político:
http://distributism.blogspot.com/2010/06/lethal-loyalties-dulce-et-decorum-est.html

"Dicho de otra manera, al liberal no le importa tanto la dóxa (opinión) como la praxis (acción)."

También cierto, al liberalismo en teoría le importa más la práctica. Sin embargo, el pensamiento "ortodoxo" (liberal, democrático) en nuestras sociedades ejerce una influencia ponzoñosa hasta tal punto que cuestionarlo es percibido como una amenaza seria. Y con razón, espero. Para eso estamos con los blogs, digo yo.

rojobilbao dijo...

Lord Acton cuenta en su contra con un corpus escrito algo disperso y con una metodología fuertemente influida por la importancia que daba a la religión, cosa que no es muy bien vista. Así mismo concedía gran importancia a la labor "censora" del historiador, considerando una responsabilidad del mismo emitir juicios sobre lo acontecido.

Álvaro dijo...

Ser católico y liberal es ciertamente imposible. O se es católico, o se es liberal. Pero pretender mezclar el agua con el aceite es una vana aspiración.

El liberalismo es una ideología fundamentalmente relativista: para el liberal, la verdad no existe de forma objetiva, sino que se trata de un concepto susceptible de ir cambiando en función de lo que en cada momento determine una mayoría parlamentaria. Aunque también es cierto que hay liberales que sí tienen a título individual una noción de verdad objetiva, pero que se obstinan en situarla en igualdad de condiciones con respecto a la mentira. Ergo verdad y mentira son conceptos que están al mismo nivel para este tipo de liberales. Sinceramente, no sé qué es peor, si la primera opción o la segunda.

Por otra parte, recuerdo que históricamente el liberalismo ha sido una ideología ferozmente anticatólica, auspiciada por las logias y nacida con el propósito de minar la idea de Cristiandad y de acabar con las naciones católicas regidas por la filosofía del Evangelio.

Conrad López dijo...

La fe católica es una fe vivida, encarnada, que inunda todos los ámbitos de la vida. La verdad existe también en política, y descubrirla no pasa por el camino del indiferentismo ante las distintas "opciones religiosas" existentes.

Además. la fe católica se vive en una comunidad, el cuerpo místico de Cristo, que no se confunde con el cuerpo político (ni con el cuerpo social en las sociedades actuales) pero que tiende (por su impulso evangelizador) a integrarlos. Condenar la fe al ámbito de lo privado es lo más antievangélico que en el terreno público un cristiano puede sostener.