¡Ven y cuéntalo!

Los políticos belgas que han visitado Euskadi para conocer el día a día de sus colegas amenazados dieron a conocer ayer sus vivencias y la idea con la que se vuelven a casa, donde elaborarán un informe que entregarán al Parlamento de su país. Han sido tres jornadas de reuniones con profesores, empresarios y grupos por la paz. Jornadas en las que sobre todo han convivido con ediles del PP y PSE en sus pueblos. La delegación, formada por cuatro partidos francófonos (socialistas, centristas, liberales y verdes), se declaró «impresionada». «Por el miedo» palpado. Por la situación «excepcional» que sufren esos electos.

La periodista de la radio televisión pública de Bélgica Marie-Paul Jeunehomme es la promotora de una iniciativa que gestó tras cubrir los últimos atentados mortales en Euskadi. Agradeció la colaboración de socialistas y populares vascos, y descartó cualquier sesgo político a un proyecto que tiene carácter «solidario».

Georges Dallemagne, diputado democristiano de Valonia y miembro de Médicos Sin Fronteras, acompañó a los socialistas en Mondragón. «Me ha impresionado el miedo cotidiano con el que viven en su pueblo, con sus hijos... Se sienten solos. No se puede salir indemne de este viaje. De ETA no hay que hablar de movimiento independentista, sino de terroristas. En Bélgica, los partidos no pactan con quienes no defienden valores democráticos. Pero me voy con un mensaje de esperanza. Los jóvenes tienen coraje de hacer política, pese a llevar escolta».

Marie Nagy, natural de Colombia, es concejala de los Verdes en Bruselas: «Sobre terrorismo, sólo nos llegan noticias de atentados. Nunca nos hubiéramos imaginado que todos los concejales del PP y el PSE necesitaban llevar escolta. En Bélgica sólo el primer ministro y algún ministro». Jean Cornil, diputado socialista, conoció los pueblos de la mano del PP. «Lo resumiría en dos palabras: humillación e indignación. Cada vez que cogíamos el coche, los escoltas tenían que revisar los bajos. En Lazkao, al concejal del PP le colocan en el pleno un cartel que le llama 'ladrón y traidor'. No sabía que existía en la Europa democrática esta atmósfera pesada, de plomo. En Mondragón me encontré con fotos de asesinos de ETA y en el mismo lugar, el símbolo de Palestina, una esvástica y la estrella de Israel. En mi país esto hubiera sido un escándalo».


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1 comentarios:

Branhunter dijo...

Bueno, ya está bien eso... Está cargadito el ambiente, por cierto, tras las elecciones...