Doctrina Social de la Iglesia: algunos apuntes a la carta pastoral
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Dedicado a los obispos firmantes con tanto respeto como afecto.
33.
En primer lugar, la encaminada a la formación del laicado en
La acción formativa es necesaria como medio orientado a un fin; por ello, requiere una segunda acción, que es la promoción de grupos laicales en los ámbitos culturales, sociales, científicos, económicos y políticos. La tercera acción, inseparable de las otras dos, es el acompañamiento continuo que estos grupos requieren, para garantizar su calidad y su vitalidad.
Estos párrafos extraídos de la carta pastoral de los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria, me dan pie para analizar un texto al que se le pueden sacar tantas valoraciones críticas como positivas. Siendo
Encontramos ya en la introducción un lugar común de los textos de
Continuando en el prologo encontramos dos interesantes afirmaciones; por una parte leemos una cita de la “Critas in veritate” “El ser humano es totalmente libre sólo cuando es él mismo, en la plenitud de sus derechos y deberes y lo mismo cabe decir de toda la sociedad.” Para a continuación afirmar “Es preciso preguntarnos si la sociedad opulenta y de consumo nos hace más personas; si se la puede considerar justa, frente al escándalo de la pobreza en el mundo y de las desigualdades económicas entre países y en el interior de los mismos, sean avanzados o emergentes.” No sólo importa la literalidad de lo dicho, si no también la interpretación, real o no, subyacente (pues uno puede no querer decir algo pero ser consciente de que se va a interpretar del modo equivocado y por ello es responsable de lo escrito). Así, queda bastante clara la defensa papal de la democracia y del derecho natural que sostiene la libertad humana. Pero de la misma manera que los obispos no se plantean reformular la (im)perfecta democracia en la que nos desarrollamos sí pretenden reformular el concepto de capitalismo, igualmente demostrado como el más aceptable (nadie huye del sistema capitalista para abrazar los otros ya existentes) y parecen justificar dicha reformulación caricaturizando su esencia (sociedad opulenta y de consumo). No creo que ninguno de los dos deba ser reformulado; es más creo que deben ser defendidos como indiscutibles ante los constantes ataques que sufren (especialmente el capitalismo) por los liberticidas de toda época.
En su legítimo interés por enraizar el texto en
Entre tanta pega que estoy poniendo llega el primer olé. Como un rayo de sol en un día nublado se lee una acertada afirmación: “También en algunos países europeos, y entre ellos España, una parte anómalamente elevada de su crecimiento económico se ha debido a una situación de dinero fácil y de boom inmobiliario. Curiosamente, aunque el sentido común hacía ver que tal situación era insostenible, se creó un estado psicológico de euforia que impulsó una “huída hacia adelante”. He ahí la clave del problema en el que nos vemos inmersos, un obsceno volumen de dinero, creado de forma artificial y sin sostén real que ante su baratura, hizo que la gente asumiese inversiones malas y decisiones de compra absurdas que no hizo sino inflar varios mercados, en especial el inmobiliario, haciendo creer a la gente que poseía inmensas riquezas en forma de inversión “segura”. Lastima que no continúen con su análisis y pongan el foco en el desastre que supone para la gente el sistema monetario internacional.
Sigue aquí.
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