¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!
Cuantos más ataques reciban de ETA mayor será mi cariño y mi admiración hacia ese cuerpo y esos guardias. Cuanto más les odien, más les querré. Como a ellos les gusta, acción/reacción.
Google cree que España es pro-vida
En la medida de reciente implantación se concreta que “Google Adwords no aceptará más anuncios que promuevan servicios abortistas” en una quincena de países de todo el mundo, entre los que se cuentan España, Argentina, Brasil, Indonesia, Taiwán o Polonia.
Como decisiones así son controvertidas, han deducido que habrá más que ganar que lo que puedan perder. En Polonia está claro, pero ¿en España? Ellos saben mucho de negocios, si lo estiman así, me alegro y espero que lavisión pro-vida en España siga creciendo.
Como decisiones así son controvertidas, han deducido que habrá más que ganar que lo que puedan perder. En Polonia está claro, pero ¿en España? Ellos saben mucho de negocios, si lo estiman así, me alegro y espero que lavisión pro-vida en España siga creciendo.
Héroe o villano
Coincidiendo con el 200 aniversario del nacimiento de Lincoln estoy leyendo el libro "la caza del asesino" que trata de su muerte y la busca y captura del asesino John Wilkes Booth. Booth es tratado como un vil asesino por la historia. En su época fue le más odiado del país. Lógico. Pero luego compara uno cómo se trata la memoria de Claus von Stauffenberg el militar que intentó matar a Hitler (y casi lo logra) y al ver que se le considera un héroe yo me preguntó. De héroe a villano, de asesino a justiciero, la diferencia la marca¿ el hecho en sí, la personalidad del atacante o la del atacado?
La encíclica "Caritas in Veritate" y el liberalismo
Etiquetas: Iglesia, liberalismo
Los liberales católicos nos encontramos en una difícil situación ante cada nueva encíclica social. El Papa, es algo más que alguien a quien respetar. Es una voz a escuchar y en gran medida obedecer. En ciertos temas su palabra es Verdad, y la libertad de la que Dios nos ha dotado nos permite acatar y hacer nuestra dicha Verdad. Pero hay temas que son discutibles. No se es ni más ni menos católico por creer y estar de acuerdo con tal o cual idea referente a la forma en la que la Iglesia percibe la economía y lo que la rodea.
Una primera lectura muy superficial y algunas columnas escritas con urgencia me pusieron en contra de la encíclica. Veía (porque saltan a la vista hasta al lector más obtuso) una importante cantidad de perlas, pero vi más nubarrones de los que luego, con una lectura serena e hipertextual he encontrado. No pretendo llevar el agua a mi molino. La encíclica pone lo que pone y no creo que haya que interpretar nada. A falta de una traducción definitiva, la “edición typica” deberemos asumir que lo que pone es lo que el Papa ha querido decir, expresar.
Quisiera mostrar algunas frases que la encíclica plantea como axiomas y con las que se puede estar más o menos de acuerdo, pero que si no se aceptan la lectura de dicho texto resulta absurdo.
1º La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. (P.2)
2º La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende «de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados». (P.9)
3º No hay dos tipos de doctrina social, una preconciliar y otra postconciliar, diferentes entre sí, sino una única enseñanza, coherente y al mismo tiempo siempre nueva. (P.12)
La encíclica está trufada de ideas poderosas y acertadas y salpimentadas por otras de dudosa validez. A George Weigel le ha resultado tan chocante y evidente esto que denomina a la encíclica como un ornitorrinco, con el Papa escribiendo en letras de oro y el dicasterio de Justicia y Paz escribiendo en rojo. Yo no voy a ir tan lejos, porque desconozco los entresijos vaticanos, pero sí es cierto que algunas cosas resultan chocantes. Por ejemplo leemos “Para eso es necesario que en el mercado se dé cabida a actividades económicas de sujetos que optan libremente por ejercer su gestión movidos por principios distintos al del mero beneficio, sin renunciar por ello a producir valor económico. Muchos planteamientos económicos provenientes de iniciativas religiosas y laicas demuestran que esto es realmente posible.” (P. 37) De manera que dice que el mercado debe dar cabida a un tipo de empresa (como si alguna norma escita o no lo impidiese) que no busque como objetivo último el beneficio y a la vez ¡afirma que existen iniciativas de ese tipo con un cierto éxito! Otro ejemplo “Pablo VI invitaba a valorar seriamente el daño que la trasferencia de capitales al extranjero, por puro provecho personal, puede ocasionar a la propia nación.” (P. 40) y más adelante “está comprobado que los trabajadores extranjeros, no obstante las dificultades inherentes a su integración, contribuyen de manera significativa con su trabajo al desarrollo económico del país que los acoge, así como a su país de origen a través de las remesas de dinero.” (P.62)
Algunas ideas brillantes (que brillan especialmente) hacen referencia a la responsabilidad del individuo. “El hombre no se desarrolla únicamente con sus propias fuerzas, así como no se le puede dar sin más el desarrollo desde fuera. (…) el desarrollo humano integral es ante todo vocación y, por tanto, comporta que se asuman libre y solidariamente responsabilidades por parte de todos.” (P.11) “Sólo si es libre, el desarrollo puede ser integralmente humano; sólo en un régimen de libertad responsable puede crecer de manera adecuada.” (P.17) “Es verdad que el mercado puede orientarse en sentido negativo, pero no por su propia naturaleza, sino por una cierta ideología que lo guía en este sentido. No se debe olvidar que el mercado no existe en su estado puro, se adapta a las configuraciones culturales que lo concretan y condicionan. (…) Por eso, no se deben hacer reproches al medio o instrumento sino al hombre, a su conciencia moral y a su responsabilidad personal y social. (…) no se pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética social, como la transparencia, la honestidad y la responsabilidad” (P.36) “La solidaridad es en primer lugar que todos se sientan responsables de todos; por tanto no se la puede dejar solamente en manos del Estado.” (P.38)
Relacionado con esta responsabilidad se enmarca la denominada ayuda internacional que tan equivocadamente apoyó Pablo VI (equivocadamente por ser poco útil no por una intención errada) dice “para solucionar los actuales problemas económicos, debería apoyar en primer lugar la consolidación de los sistemas constitucionales, jurídicos y administrativos en los países que todavía no gozan plenamente de estos bienes. Las ayudas económicas deberían ir acompañadas de aquellas medidas destinadas a reforzar las garantías propias de un Estado de derecho, un sistema de orden público y de prisiones respetuoso de los derechos humanos y a consolidar instituciones verdaderamente democráticas.” (P.41) “los propios organismos internacionales deberían preguntarse sobre la eficacia real de sus aparatos burocráticos y administrativos, frecuentemente demasiado costosos. A veces, el destinatario de las ayudas resulta útil para quien lo ayuda y, así, los pobres sirven para mantener costosos organismos burocráticos, que destinan a la propia conservación un porcentaje demasiado elevado de esos recursos que deberían ser destinados al desarrollo.” (P.47) “(...) ayudas internacionales al desarrollo. Éstas, por encima de las intenciones de los donantes, pueden mantener a veces a un pueblo en un estado de dependencia, e incluso favorecer situaciones de dominio local y de explotación en el país que las recibe. (…) Conviene recordar también que, en el campo económico, la ayuda principal que necesitan los países en vías de desarrollo es permitir y favorecer cada vez más el ingreso de sus productos en los mercados internacionales, posibilitando así su plena participación en la vida económica internacional.” (P.58) “Las sociedades tecnológicamente avanzadas no deben confundir el propio desarrollo tecnológico con una presunta superioridad cultural, sino que deben redescubrir en sí mismas virtudes a veces olvidadas, que las han hecho florecer a lo largo de su historia.”(P.59)
Referente al desarrollo tecnológico hace algunas reflexiones pertinentes incluso para quien descrea de (casi) todo. “Ninguno da forma a la propia conciencia de manera arbitraria, sino que todos construyen su propio «yo» sobre la base de un «sí mismo» que nos ha sido dado. No sólo las demás personas se nos presentan como no disponibles, sino también nosotros para nosotros mismos. El desarrollo de la persona se degrada cuando ésta pretende ser la única creadora de sí misma. (…) Ante esta pretensión prometeica, hemos de fortalecer el aprecio por una libertad no arbitraria, sino verdaderamente humanizada por el reconocimiento del bien que la precede.” (P.68) “la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones de desarrollo, expresa la tensión del ánimo humano hacia la superación gradual de ciertos condicionamientos materiales.” (P.69) “El desarrollo tecnológico puede alentar la idea de la autosuficiencia de la técnica, cuando el hombre se pregunta sólo por el cómo, en vez de considerar los porqués que lo impulsan a actuar. (…) La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral.” (P.70) “Mientras los pobres del mundo siguen llamando a la puerta de la opulencia, el mundo rico corre el riesgo de no escuchar ya estos golpes a su puerta, debido a una conciencia incapaz de reconocer lo humano.” (P.75)
Por último (otros se centran en otras partes de la encíclica) existe un tormentoso pasaje donde se habla de la Autoridad Mundial, que pone a todo lector en guardia. Siquiera por haber leído en esta encíclica las críticas a los Estados y sus miserables formas de actuar uno ya sería poco estatista. Un liberal tiende a ser antiestatista con mayor razón. Pero quizá la postura papal no sea tan antiliberal como se puede uno imaginar. Veamos lo que dice el Papa. “el principio de subsidiaridad, expresión de la inalienable libertad humana. La subsidiaridad es ante todo una ayuda a la persona, a través de la autonomía de los cuerpos intermedios. Dicha ayuda se ofrece cuando la persona y los sujetos sociales no son capaces de valerse por sí mismos, implicando siempre una finalidad emancipadora, porque favorece la libertad y la participación a la hora de asumir responsabilidades. La subsidiaridad respeta la dignidad de la persona, en la que ve un sujeto siempre capaz de dar algo a los otros. La subsidiaridad, al reconocer que la reciprocidad forma parte de la constitución íntima del ser humano, es el antídoto más eficaz contra cualquier forma de asistencialismo paternalista. (…) Para no abrir la puerta a un peligroso poder universal de tipo monocrático, el gobierno de la globalización debe ser de tipo subsidiario, articulado en múltiples niveles y planos diversos, que colaboren recíprocamente. La globalización necesita ciertamente una autoridad, en cuanto plantea el problema de la consecución de un bien común global; sin embargo, dicha autoridad deberá estar organizada de modo subsidiario y con división de poderes, tanto para no herir la libertad como para resultar concretamente eficaz.” (P.57) “se siente mucho la urgencia de la reforma tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones. (…) urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial (…) Esta Autoridad deberá estar regulada por el derecho, atenerse de manera concreta a los principios de subsidiaridad y de solidaridad, estar ordenada a la realización del bien común, comprometerse en la realización de un auténtico desarrollo humano integral inspirado en los valores de la caridad en la verdad. Dicha Autoridad, además, deberá estar reconocida por todos, gozar de poder efectivo para garantizar a cada uno la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos. Obviamente, debe tener la facultad de hacer respetar sus propias decisiones a las diversas partes, así como las medidas de coordinación adoptadas en los diferentes foros internacionales.”(P.67) ¿Choca esto con el liberalismo? Leamos ahora a von Mises del que nadie pone en duda que sea un decidido liberal. “Pero el liberal no admite que el mundo termine en la raya fronteriza; las lindes nacionales tiene, para él, trascendencia meramente incidental y subordinada. La teoría del liberalismo abarca la humanidad entera. Comienza por afirmar que el ámbito de la división del trabajo no es exclusivamente nacional, sino mundial, advirtiendo que no basta la paz interior; que mayor importancia todavía tiene la concordia internacional. Por eso propugna una organización política cada vez más amplia, hasta llegar a un estado universal que reúna a todos los países bajo un régimen de mutua igualdad, donde la ley nacional quede subordinada a las leyes universales. Reclama tribunales y organizaciones administrativas supranacionales que aseguren la paz entre los pueblos, lo mismo que los órganos judiciales y ejecutivos de cada país guardan el orden dentro del mismo.” “Liberalismo” página 176. Unión editorial (1972)
Una primera lectura muy superficial y algunas columnas escritas con urgencia me pusieron en contra de la encíclica. Veía (porque saltan a la vista hasta al lector más obtuso) una importante cantidad de perlas, pero vi más nubarrones de los que luego, con una lectura serena e hipertextual he encontrado. No pretendo llevar el agua a mi molino. La encíclica pone lo que pone y no creo que haya que interpretar nada. A falta de una traducción definitiva, la “edición typica” deberemos asumir que lo que pone es lo que el Papa ha querido decir, expresar.
Quisiera mostrar algunas frases que la encíclica plantea como axiomas y con las que se puede estar más o menos de acuerdo, pero que si no se aceptan la lectura de dicho texto resulta absurdo.
1º La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. (P.2)
2º La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende «de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados». (P.9)
3º No hay dos tipos de doctrina social, una preconciliar y otra postconciliar, diferentes entre sí, sino una única enseñanza, coherente y al mismo tiempo siempre nueva. (P.12)
La encíclica está trufada de ideas poderosas y acertadas y salpimentadas por otras de dudosa validez. A George Weigel le ha resultado tan chocante y evidente esto que denomina a la encíclica como un ornitorrinco, con el Papa escribiendo en letras de oro y el dicasterio de Justicia y Paz escribiendo en rojo. Yo no voy a ir tan lejos, porque desconozco los entresijos vaticanos, pero sí es cierto que algunas cosas resultan chocantes. Por ejemplo leemos “Para eso es necesario que en el mercado se dé cabida a actividades económicas de sujetos que optan libremente por ejercer su gestión movidos por principios distintos al del mero beneficio, sin renunciar por ello a producir valor económico. Muchos planteamientos económicos provenientes de iniciativas religiosas y laicas demuestran que esto es realmente posible.” (P. 37) De manera que dice que el mercado debe dar cabida a un tipo de empresa (como si alguna norma escita o no lo impidiese) que no busque como objetivo último el beneficio y a la vez ¡afirma que existen iniciativas de ese tipo con un cierto éxito! Otro ejemplo “Pablo VI invitaba a valorar seriamente el daño que la trasferencia de capitales al extranjero, por puro provecho personal, puede ocasionar a la propia nación.” (P. 40) y más adelante “está comprobado que los trabajadores extranjeros, no obstante las dificultades inherentes a su integración, contribuyen de manera significativa con su trabajo al desarrollo económico del país que los acoge, así como a su país de origen a través de las remesas de dinero.” (P.62)
Algunas ideas brillantes (que brillan especialmente) hacen referencia a la responsabilidad del individuo. “El hombre no se desarrolla únicamente con sus propias fuerzas, así como no se le puede dar sin más el desarrollo desde fuera. (…) el desarrollo humano integral es ante todo vocación y, por tanto, comporta que se asuman libre y solidariamente responsabilidades por parte de todos.” (P.11) “Sólo si es libre, el desarrollo puede ser integralmente humano; sólo en un régimen de libertad responsable puede crecer de manera adecuada.” (P.17) “Es verdad que el mercado puede orientarse en sentido negativo, pero no por su propia naturaleza, sino por una cierta ideología que lo guía en este sentido. No se debe olvidar que el mercado no existe en su estado puro, se adapta a las configuraciones culturales que lo concretan y condicionan. (…) Por eso, no se deben hacer reproches al medio o instrumento sino al hombre, a su conciencia moral y a su responsabilidad personal y social. (…) no se pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética social, como la transparencia, la honestidad y la responsabilidad” (P.36) “La solidaridad es en primer lugar que todos se sientan responsables de todos; por tanto no se la puede dejar solamente en manos del Estado.” (P.38)
Relacionado con esta responsabilidad se enmarca la denominada ayuda internacional que tan equivocadamente apoyó Pablo VI (equivocadamente por ser poco útil no por una intención errada) dice “para solucionar los actuales problemas económicos, debería apoyar en primer lugar la consolidación de los sistemas constitucionales, jurídicos y administrativos en los países que todavía no gozan plenamente de estos bienes. Las ayudas económicas deberían ir acompañadas de aquellas medidas destinadas a reforzar las garantías propias de un Estado de derecho, un sistema de orden público y de prisiones respetuoso de los derechos humanos y a consolidar instituciones verdaderamente democráticas.” (P.41) “los propios organismos internacionales deberían preguntarse sobre la eficacia real de sus aparatos burocráticos y administrativos, frecuentemente demasiado costosos. A veces, el destinatario de las ayudas resulta útil para quien lo ayuda y, así, los pobres sirven para mantener costosos organismos burocráticos, que destinan a la propia conservación un porcentaje demasiado elevado de esos recursos que deberían ser destinados al desarrollo.” (P.47) “(...) ayudas internacionales al desarrollo. Éstas, por encima de las intenciones de los donantes, pueden mantener a veces a un pueblo en un estado de dependencia, e incluso favorecer situaciones de dominio local y de explotación en el país que las recibe. (…) Conviene recordar también que, en el campo económico, la ayuda principal que necesitan los países en vías de desarrollo es permitir y favorecer cada vez más el ingreso de sus productos en los mercados internacionales, posibilitando así su plena participación en la vida económica internacional.” (P.58) “Las sociedades tecnológicamente avanzadas no deben confundir el propio desarrollo tecnológico con una presunta superioridad cultural, sino que deben redescubrir en sí mismas virtudes a veces olvidadas, que las han hecho florecer a lo largo de su historia.”(P.59)
Referente al desarrollo tecnológico hace algunas reflexiones pertinentes incluso para quien descrea de (casi) todo. “Ninguno da forma a la propia conciencia de manera arbitraria, sino que todos construyen su propio «yo» sobre la base de un «sí mismo» que nos ha sido dado. No sólo las demás personas se nos presentan como no disponibles, sino también nosotros para nosotros mismos. El desarrollo de la persona se degrada cuando ésta pretende ser la única creadora de sí misma. (…) Ante esta pretensión prometeica, hemos de fortalecer el aprecio por una libertad no arbitraria, sino verdaderamente humanizada por el reconocimiento del bien que la precede.” (P.68) “la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones de desarrollo, expresa la tensión del ánimo humano hacia la superación gradual de ciertos condicionamientos materiales.” (P.69) “El desarrollo tecnológico puede alentar la idea de la autosuficiencia de la técnica, cuando el hombre se pregunta sólo por el cómo, en vez de considerar los porqués que lo impulsan a actuar. (…) La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral.” (P.70) “Mientras los pobres del mundo siguen llamando a la puerta de la opulencia, el mundo rico corre el riesgo de no escuchar ya estos golpes a su puerta, debido a una conciencia incapaz de reconocer lo humano.” (P.75)
Por último (otros se centran en otras partes de la encíclica) existe un tormentoso pasaje donde se habla de la Autoridad Mundial, que pone a todo lector en guardia. Siquiera por haber leído en esta encíclica las críticas a los Estados y sus miserables formas de actuar uno ya sería poco estatista. Un liberal tiende a ser antiestatista con mayor razón. Pero quizá la postura papal no sea tan antiliberal como se puede uno imaginar. Veamos lo que dice el Papa. “el principio de subsidiaridad, expresión de la inalienable libertad humana. La subsidiaridad es ante todo una ayuda a la persona, a través de la autonomía de los cuerpos intermedios. Dicha ayuda se ofrece cuando la persona y los sujetos sociales no son capaces de valerse por sí mismos, implicando siempre una finalidad emancipadora, porque favorece la libertad y la participación a la hora de asumir responsabilidades. La subsidiaridad respeta la dignidad de la persona, en la que ve un sujeto siempre capaz de dar algo a los otros. La subsidiaridad, al reconocer que la reciprocidad forma parte de la constitución íntima del ser humano, es el antídoto más eficaz contra cualquier forma de asistencialismo paternalista. (…) Para no abrir la puerta a un peligroso poder universal de tipo monocrático, el gobierno de la globalización debe ser de tipo subsidiario, articulado en múltiples niveles y planos diversos, que colaboren recíprocamente. La globalización necesita ciertamente una autoridad, en cuanto plantea el problema de la consecución de un bien común global; sin embargo, dicha autoridad deberá estar organizada de modo subsidiario y con división de poderes, tanto para no herir la libertad como para resultar concretamente eficaz.” (P.57) “se siente mucho la urgencia de la reforma tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones. (…) urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial (…) Esta Autoridad deberá estar regulada por el derecho, atenerse de manera concreta a los principios de subsidiaridad y de solidaridad, estar ordenada a la realización del bien común, comprometerse en la realización de un auténtico desarrollo humano integral inspirado en los valores de la caridad en la verdad. Dicha Autoridad, además, deberá estar reconocida por todos, gozar de poder efectivo para garantizar a cada uno la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos. Obviamente, debe tener la facultad de hacer respetar sus propias decisiones a las diversas partes, así como las medidas de coordinación adoptadas en los diferentes foros internacionales.”(P.67) ¿Choca esto con el liberalismo? Leamos ahora a von Mises del que nadie pone en duda que sea un decidido liberal. “Pero el liberal no admite que el mundo termine en la raya fronteriza; las lindes nacionales tiene, para él, trascendencia meramente incidental y subordinada. La teoría del liberalismo abarca la humanidad entera. Comienza por afirmar que el ámbito de la división del trabajo no es exclusivamente nacional, sino mundial, advirtiendo que no basta la paz interior; que mayor importancia todavía tiene la concordia internacional. Por eso propugna una organización política cada vez más amplia, hasta llegar a un estado universal que reúna a todos los países bajo un régimen de mutua igualdad, donde la ley nacional quede subordinada a las leyes universales. Reclama tribunales y organizaciones administrativas supranacionales que aseguren la paz entre los pueblos, lo mismo que los órganos judiciales y ejecutivos de cada país guardan el orden dentro del mismo.” “Liberalismo” página 176. Unión editorial (1972)
Sin duda, desde el liberalismo y con libertad se podrían poner más pegas a la encíclica de las que yo he puesto. Quien quiera leer una crítica dura pero interesante lea este artículo de José Carlos Rodriguez. Quien quiera leer una positiva visión de la encíclica desde el punto de vista de un experto en la doctrina social de la Iglesia lea este otro del profesor Zanotti. Otro artículo interesante es el del profesor Velarde.
Este artículo se lo dedico por diferentes motivos tanto al Embajador en el infierno como a Daniel Ballesteros.
Este artículo se lo dedico por diferentes motivos tanto al Embajador en el infierno como a Daniel Ballesteros.
Libros. Mercado libre
Etiquetas: libre mercado
Como ocurre con la energía nuclear, confío en que la opinión pública vaya cambiando su absurda postura contraria al precio libre de los libros. Os enlazo un magnífico artículo de Amadeo Petitbo.
La pregunta es simple: ¿por qué en unos casos fijar los precios de venta es lícito y en otros ilícito? La respuesta es obvia: porque en el caso del libro, al estar dicho producto abrigado de la competencia, su ineficiente regulación ampara dicha fijación y en el caso de la cerveza dicho producto está sometido a la presión de la competencia, sobre todo internacional. En otros términos, en el caso de la cerveza el precio tiende a depender de las presiones competitivas y en el caso de los libros no sucede así.
En el mercado de la cerveza se pueden obtener descuentos elevados y en el mercado del libro no. En el primer caso, el consumidor puede aprovecharse de las vibraciones competitivas y en el caso del libro no puede, sencillamente porque no existen.
La pregunta es simple: ¿por qué en unos casos fijar los precios de venta es lícito y en otros ilícito? La respuesta es obvia: porque en el caso del libro, al estar dicho producto abrigado de la competencia, su ineficiente regulación ampara dicha fijación y en el caso de la cerveza dicho producto está sometido a la presión de la competencia, sobre todo internacional. En otros términos, en el caso de la cerveza el precio tiende a depender de las presiones competitivas y en el caso de los libros no sucede así.
En el mercado de la cerveza se pueden obtener descuentos elevados y en el mercado del libro no. En el primer caso, el consumidor puede aprovecharse de las vibraciones competitivas y en el caso del libro no puede, sencillamente porque no existen.
Otro sobre Honduras
ALFONSO ROJO en Abc:
«¡Esos cojones... en China!». Perdonen la vulgaridad, pero viendo el ardor guerrero con que nuestra diplomacia, la OEA y la ONU cargan contra Honduras y lo suave que está la comunidad internacional con los sátrapas de Pekín, me he acordado de la anécdota que atribuyen a Manuel Ortega, padre de Caracol y mozo de estoques de Joselito. Eran otros tiempos. Faltaban cien años para el AVE y Ortega se acababa de bajar del tren en Atocha, tras el calvario del viaje desde Sevilla, cuando la locomotora pegó un bufido y lanzó una nube de vapor. El hombre se volvió guasón hacía la máquina y le espetó: «¿Ahora me vienes con esas? ¡Esos cojones... en Despeñaperros!».
Con espíritu «orteguiano», afirmaba ayer Hermann Tertsch que lleva días esperando a que Zapatero indique a Moratinos que sería conveniente llamar a consultas al embajador español en China. Ya que nos hemos traído al de Tegucigalpa, podríamos convocar de paso al de Irán.
Quizá no lo hemos hecho porque, en incoherencia e hipocresía, estamos en sintonía con buena parte de los dirigentes mundiales, encabezados por el pederasta Ortega, el golpista Chávez, el tiránico Castro y el maniobrero Insulza. ¿A quién se le ocurre que en un país pequeño y pobre los militares, respaldados por el Congreso y el poder judicial, pueden sacar de la cama a un presidente tramposo y expulsarlo del país en pijama? En China se apiolan a 800 uigures y nadie respira. Los ayatolás, que fabrican la bomba atómica, manipulan elecciones y no pasa nada.
No sé si se acuerdan, pero en 2007 estuvo Insulza en España y el actual secretario general de la OEA, el mismo que dio 72 horas a los hondureños para restituir en el cargo al fullero Zelaya, confesó en el Foro de la Nueva Economía su admiración por Fidel Castro, afirmó sin sonrojarse que el régimen cubano es legitimo y calificó de error tratar de imponer soluciones democráticas a Cuba. ¡Virgen santa!
«¡Esos cojones... en China!». Perdonen la vulgaridad, pero viendo el ardor guerrero con que nuestra diplomacia, la OEA y la ONU cargan contra Honduras y lo suave que está la comunidad internacional con los sátrapas de Pekín, me he acordado de la anécdota que atribuyen a Manuel Ortega, padre de Caracol y mozo de estoques de Joselito. Eran otros tiempos. Faltaban cien años para el AVE y Ortega se acababa de bajar del tren en Atocha, tras el calvario del viaje desde Sevilla, cuando la locomotora pegó un bufido y lanzó una nube de vapor. El hombre se volvió guasón hacía la máquina y le espetó: «¿Ahora me vienes con esas? ¡Esos cojones... en Despeñaperros!».
Con espíritu «orteguiano», afirmaba ayer Hermann Tertsch que lleva días esperando a que Zapatero indique a Moratinos que sería conveniente llamar a consultas al embajador español en China. Ya que nos hemos traído al de Tegucigalpa, podríamos convocar de paso al de Irán.
Quizá no lo hemos hecho porque, en incoherencia e hipocresía, estamos en sintonía con buena parte de los dirigentes mundiales, encabezados por el pederasta Ortega, el golpista Chávez, el tiránico Castro y el maniobrero Insulza. ¿A quién se le ocurre que en un país pequeño y pobre los militares, respaldados por el Congreso y el poder judicial, pueden sacar de la cama a un presidente tramposo y expulsarlo del país en pijama? En China se apiolan a 800 uigures y nadie respira. Los ayatolás, que fabrican la bomba atómica, manipulan elecciones y no pasa nada.
No sé si se acuerdan, pero en 2007 estuvo Insulza en España y el actual secretario general de la OEA, el mismo que dio 72 horas a los hondureños para restituir en el cargo al fullero Zelaya, confesó en el Foro de la Nueva Economía su admiración por Fidel Castro, afirmó sin sonrojarse que el régimen cubano es legitimo y calificó de error tratar de imponer soluciones democráticas a Cuba. ¡Virgen santa!
Lo mejor sobre Honduras
Etiquetas: democracia, Libertad
El artículo publicado ayer por La Razón escrito por el director de los servicios informativos de Telemadrid, Agustín de Grado, es lo mejor que he leído sobre eltmea de Honduras.
Lo estamos olvidando. La democracia es el mejor método que hemos inventado para relevar a nuestros gobernantes de forma pacífica (Popper) y una excelente fórmula para concitar acuerdos y determinar el contenido de las leyes. En ningún caso un método científico que nos garantiza permanecer a salvo de gobiernos ineficaces, corruptos o tiránicos. La historia demuestra (Hitler siempre será el mejor ejemplo, no el único) que el simple hecho de poder elegir al gobernante no nos convierte necesariamente en hombres libres. La expresión mayoritaria tampoco es el método infalible para distinguir sin margen de error el bien del mal, ni por supuesto un argumento definitivo para discernir qué es o no ético y moral, ni siquiera lo que es justo o injusto. Reducida a la regla de la mayoría (o, en expresión de Jefferson, «regla de la muchedumbre», según la cual el cincuenta y uno por ciento de la gente puede arrebatar los derechos del otro cuarenta y nueve por ciento), la democracia se transforma en una amenaza para la libertad. Para evitar que la democracia sea una simple técnica de elección o una amenaza de los derechos individuales, hay que dotarla de un contenido que la haga compatible con la libertad. Ese contenido es el liberalismo: sólo la democracia liberal garantiza la libertad. El principio universal de la igualdad de todos los hombres ante la ley nos lleva a la necesidad de que todos los hombres participen también en la elaboración de la ley. Es en este punto donde confluyen liberalismo y democracia, que ni son la misma cosa, ni mantienen los mismos intereses. Siguiendo a Ortega, la democracia responde a la pregunta de quién debe ejercer el poder público. El liberalismo, en cambio, plantea la cuestión de cuáles deben ser los limites de éste. El defensor de la libertad acepta la regla de la mayoría como método de decisión, pero no cree en la necesaria bondad de todo lo por ella sancionado. Para el demócrata doctrinario, la voluntad de la mayoría no sólo es ley, sino además, buena y justa ley. El liberal no acepta otra regla que la de la mayoría libremente expresada, pero desconfía de que su resultado siempre sea el acertado. El demócrata nunca duda de él, y no cree que existan otros límites al poder que no sean los de la voluntad mayoritaria.La entraña de una democracia liberal consiste en si el sistema político en el que los gobernantes son elegidos por el pueblo se asienta sobre unos fundamentos constitucionales que aseguran, como condición sine qua non, la libertad individual mediante el imperio de la ley y la limitación del poder. Preguntemos en la calle: ¿cuál es el rasgo que define a la democracia? La respuesta será unánime: el derecho al voto. Nadie destacará las instituciones que el genio humano ha creado desde Locke y Montesquieu para limitar el poder y garantizar la libertad individual. Y son esas instituciones ideadas para proteger la autonomía personal frente a la injerencia del poder mediante las facultades coercitivas que la ciudadanía le ha otorgado, y no el sufragio, las que convierten a la democracia en el mejor de los sistemas conocidos… siempre que se las deje funcionar.
Sorprende que los hondureños hayan entendido todo esto mejor que las naciones de profunda raigambre democrática. Su joven sistema de libertades estaba en peligro y lo han defendido desde el imperio de la ley. Pueden haberse equivocado en el proceso para deshacerse de un presidente que, legítimamente elegido en las urnas hace cuatro años, aspiraba a imponer un nuevo caudillaje latinoamericano (otro más) contra del criterio de su propio partido y de los poderes legislativo y judicial, todos opuestos a la reforma constitucional para perpetuarse en el poder que Zelaya estaba decidido ejecutar como un trágala, sin el aval siquiera de la mayoría. Con dos decenas de causas abiertas por la Fiscalía del Estado, Zelaya debió ser sometido a un proceso de destitución conforme al ordenamiento jurídico, nunca deportado. Y menos, manu militari. Técnicamente, fue una acción golpista. Mas el Estado de Derecho hondureño no ha quebrado. Al contrario, ha demostrado que una democracia puede y debe defenderse de quienes desde dentro, aupados por un resultado electoral, pretenden violentarla a su antojo, sin respeto a las garantías constitucionales. El Tribunal Supremo desautorizó el referéndum de Zelaya y ordenó al Ejército que impidiera su celebración. La división de poderes no ha sido suspendida ni el Ejército, que permanece en los cuarteles, ha asumido el control. Y el relevo en el Ejecutivo se ha realizado según la Constitución.Sorprende aún más que las naciones democráticas arrinconen a Honduras por defender el principio democrático de que nadie (ni siquiera un presidente legítimamente electo) está por encima de la ley cuando ésta es fruto de la voluntad general libremente expresada, mientras son condescendientes con la farsa electoral de la nuclearizada teocracia iraní, donde el poder se ejerce a sangre y fuego sin legitimación alguna. Tan fuertes con los débiles y tan débiles con los fuertes…
Entrando en Honduras
Roy Urtecho, fiscal general adjunto:
«El Ministerio Público presentó requerimiento contra el presidente Manuel Zelaya Rosales en legal y debida forma, solicitó el allanamiento de su domicilio y presentó orden de captura el 26 de junio» (dos días antes de que fuera ordenado por un tribunal y ejecutado por los militares).
-¿Por qué Zelaya no fue puesto a disposición judicial?
-Hemos iniciado las investigaciones pertinentes, de manera imparcial, sobre los actos que, en efecto, no concuerdan con el andamiaje jurídico, para ver si hay indicios de ilegalidad. Pero también existe la justificación que alegan las Fuerzas Armadas, lo que en Derecho Penal se conoce como estado de necesidad: se evitó un mal mayor con un mal menor; si al presidente lo ponen ante el juez, se hubiera producido un derramamiento de sangre por las turbas que se hubieran opuesto.
-Entonces, ¿el Ejército actuó por cuenta propia?
-Actuó por un mandato legal.
-¿Por qué no fue la Policía quien ejecutó esa orden?
-Fue el Ejercito quien anteriormente se había negado a cumplir una orden ilegal del presidente (la distribución del material electoral para la consulta declarada ilegal por los organismos competentes), mientras que la Policía dijo que participaría en esa encuesta. En esa situación,las Fuerzas Armadas eran las únicas garantes de la Constitución y de la ley.
-¿Qué le espera a Zelaya si regresa a Honduras?
-Le garantizamos a la comunidad internacional que él será sometido a un juicio justo, si reconoce a los tribunales. Si no, tendrá que ser capturado en el país donde se encuentre, y para ello ya se ha librado una orden a Interpol.
El máximo jerarca de la Iglesia Católica hondureña, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga:
“Hago un llamado al amigo José Manuel Zelaya, que al tomar posesión, citó tres mandamientos: no mentir, no robar y no matar, y pensemos que una acción precipitada puede provocar un baño de sangre”. El cardenal pidió a Zelaya, quien ha asegurado que regresará al país, que “por favor medite, porque después sería demasiado tarde". Aseguró que su posición no es aislada, sino de la Conferencia Episcopal de Honduras, conformada por 11 obispos.
Dijo de manera tajante que el derrocamiento de Zelaya el pasado domingo no fue un golpe de Estado. “Cuando fue capturado, (Zelaya) ya no se desempeñaba como presidente, porque el 26 de junio, la Corte Suprema de Justicia ya había librado una orden de captura en su contra".
Foto ilustrativa sacada da lbertaddigital.com
-¿Por qué Zelaya no fue puesto a disposición judicial?
-Hemos iniciado las investigaciones pertinentes, de manera imparcial, sobre los actos que, en efecto, no concuerdan con el andamiaje jurídico, para ver si hay indicios de ilegalidad. Pero también existe la justificación que alegan las Fuerzas Armadas, lo que en Derecho Penal se conoce como estado de necesidad: se evitó un mal mayor con un mal menor; si al presidente lo ponen ante el juez, se hubiera producido un derramamiento de sangre por las turbas que se hubieran opuesto.
-Entonces, ¿el Ejército actuó por cuenta propia?
-Actuó por un mandato legal.
-¿Por qué no fue la Policía quien ejecutó esa orden?
-Fue el Ejercito quien anteriormente se había negado a cumplir una orden ilegal del presidente (la distribución del material electoral para la consulta declarada ilegal por los organismos competentes), mientras que la Policía dijo que participaría en esa encuesta. En esa situación,las Fuerzas Armadas eran las únicas garantes de la Constitución y de la ley.
-¿Qué le espera a Zelaya si regresa a Honduras?
-Le garantizamos a la comunidad internacional que él será sometido a un juicio justo, si reconoce a los tribunales. Si no, tendrá que ser capturado en el país donde se encuentre, y para ello ya se ha librado una orden a Interpol.
El máximo jerarca de la Iglesia Católica hondureña, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga:
“Hago un llamado al amigo José Manuel Zelaya, que al tomar posesión, citó tres mandamientos: no mentir, no robar y no matar, y pensemos que una acción precipitada puede provocar un baño de sangre”. El cardenal pidió a Zelaya, quien ha asegurado que regresará al país, que “por favor medite, porque después sería demasiado tarde". Aseguró que su posición no es aislada, sino de la Conferencia Episcopal de Honduras, conformada por 11 obispos.
Dijo de manera tajante que el derrocamiento de Zelaya el pasado domingo no fue un golpe de Estado. “Cuando fue capturado, (Zelaya) ya no se desempeñaba como presidente, porque el 26 de junio, la Corte Suprema de Justicia ya había librado una orden de captura en su contra".
Foto ilustrativa sacada da lbertaddigital.com
El pecado de ser heterosexual
Soraya Arnelas, última representante española en Eurovisión, presentó junto a Boris Izaguirre el acto central del Día del Orgullo Gay. En su intervención, tuvo un momento extraordinario, producido seguramente por la emoción del momento y el deseo de todo artista de ser uno -o una, claro,-con su público. Y el momento llegó. Y dijo:
"Me gustaría pedir perdón por ser heterosexual, porque hoy me siento más gay que nunca."
Es una frase que parece escrita por Suso de Toro. A pesar de su brevedad, tiene algunas incoherencias muy notables.* Un suponer:
"Me gustaría pedir perdón por ser heterosexual..." La primera objeción que cabría hacer es por qué arrastra su (perversa) inclinación sexual como una condena. La segunda, el porqué del condicional, por qué no dice sencillamente: hoy quiero pediros perdón por ser heterosexual. Al situarlo en el plano del deseo, debería explicar la razón de no hacerlo, citar la causa que se lo impide. Por ejemplo:
"Me gustaría pediros perdón por ser heterosexual, pero es que difruto con los tíos más que una tonta con un lápiz".
Me gustaría pedir perdón por ser heterosexual, pero lo soy muy poquito, casi nada.
Os pido perdón por haber sido heterosexual hasta anoche a la una de la madrugada, pero os prometo que a partir de hoy me voy a enmendar. Nunca mais.
¿No comprendes, Soraya, criatura, que si hoy te sientes más gay que nunca ya te has redimido y no necesitas pedir perdón por nada?
Sacado del blog de Santiago González
"Me gustaría pedir perdón por ser heterosexual, porque hoy me siento más gay que nunca."
Es una frase que parece escrita por Suso de Toro. A pesar de su brevedad, tiene algunas incoherencias muy notables.* Un suponer:
"Me gustaría pedir perdón por ser heterosexual..." La primera objeción que cabría hacer es por qué arrastra su (perversa) inclinación sexual como una condena. La segunda, el porqué del condicional, por qué no dice sencillamente: hoy quiero pediros perdón por ser heterosexual. Al situarlo en el plano del deseo, debería explicar la razón de no hacerlo, citar la causa que se lo impide. Por ejemplo:
"Me gustaría pediros perdón por ser heterosexual, pero es que difruto con los tíos más que una tonta con un lápiz".
Me gustaría pedir perdón por ser heterosexual, pero lo soy muy poquito, casi nada.
Os pido perdón por haber sido heterosexual hasta anoche a la una de la madrugada, pero os prometo que a partir de hoy me voy a enmendar. Nunca mais.
¿No comprendes, Soraya, criatura, que si hoy te sientes más gay que nunca ya te has redimido y no necesitas pedir perdón por nada?
Sacado del blog de Santiago González